17.2.23

La chica invisible, el final explicado de la serie de Disney (¿quién mató a Aurora?)

Opinión de La chica invisible (Disney+), con Zoe Stein y Daniel Grao. ¿Quién mató a Aurora?

Parece un thriller al uso. Una joven es asesinada en su instituto plena feria en un pueblo andaluz. Le han golpeado en la cabeza y han dejado una brújula a su lado. Así comienza también el libro que adapta, de Blue Jeans (alias de Francisco de Paula). Se habla de Cárdena, pero en realidad las localizaciones corresponden a Carmona, pueblo sevillano en el que creció el autor, aunque supongo se habrá querido desmarcar de la serie de Disney+ porque muestra a unos locales poco recomendables, entre chavales chonis y adultos sin escrúpulos. Como no podía ser de otra forma en tramas de este tipo que sacuden a una pequeña comunidad, el pueblo se moviliza para intentar comprender qué ha podido pasar. Hay un asesino entre ellos y cualquiera puede haber cometido el crimen. Y aquí comienzan las pistas falsas, los falsos sospechosos y un sinfín de pruebas falsas que hacen el lío al espectador. En este pueblo prácticamente todos llevan una doble vida, así que puede pasar cualquier cosa. De la investigación se encarga un policía (Daniel Grao) con su correspondiente trauma: no ha superado la muerte de su mujer hace dos años (en el libro su mujer vive). Como es verano, su hija se aburre y decide averiguar en paralelo quién mató a su amiga. 

Resulta algo diferente porque como los episodios (ocho en total) duran poco para ser un thriller (media hora) te los ves del tirón sin darte cuenta. Y las calles encaladas de blanco del pueblo son un personaje más, pues a veces sus callejuelas resultan intimidantes. Aquí los protagonistas son los chavales y pronto te das cuenta de que los adultos son los que están muy mal de lo suyo.

Dirigida por Norberto López Amado y Aritz Moreno, lo mejor de La chica invisible son sus personajes de reparto por todo lo que esconden (exceptuando al padre drogadicto de la víctima que no hay por donde cogerlo por su extra de histrionismo). Zoe Stein a la que vi antes en Mantícora en el Festival de Sitges, aquí tiene un personaje más light (es de los pocos que no tiene nada que esconder), que se hace grande cuando interactúa con el resto de chavales, que le hacen comportarse de otra forma. Punto y aparte merece el grupo de profesores de este pueblo. No sé si seguirán adaptando el resto de libros, ya que la trilogía se compone de El puzle de cristal y La promesa de Julia.

spoilers, quién es el asesino de La chica invisible. 

Esta serie te podrá gustar o no, pero da mucho juego a la hora de verla con gente e ir comentando las jugadas. Al principio desconfías de los chavales. Hay uno (Iván) que trafica y que no se le entiende cuando habla. Sus dos amigas (con las que se enrolla) son dos chonis de campeonato, villanas que parecen sacadas de una peli de Disney, como las primas chungas de la Cenicienta. Emi, el mejor amigo de Julia, la prota, lleva el pelo pintado, desentona, va de moderno. La prota parece más madura que su padre, ha llevado mejor la muerte de su madre que él y comparte un caserón, tan grande, que puede meter a este amigo del pelo verde. Con él se enrolla, también con el traficante. Es lo que tienen los veranos de pueblo. En la serie no se le da la mayor importancia. Se enrollan y punto. Más raro resulta que nos intenten hacer creer que Aurora, la chica muerta, era lesbiana y que tenía una relación con Virginia, una de sus profesoras sin que saltase la liebre durante un año. ¿En un pueblo que no se supiera esto? No sé yo. Si fuera al revés, el profesor hubiera acabado en la cárcel. Virginia, retraída, que parece la versión en adulta físicamente de Zoe Stein, no supera la muerte de la niña, y acaba suicidándose. Algo también raro. Antes, se acostó con otro profesor, Jonathan, que siempre ha ido tras ella, enamorado pesado, y que resulta ser el asesino. Este tipo, del que no nos cuentan nada, siguió a la niña, celoso, y la mató con un palo de hockey. Luego, empujó a Virginia a su suicidio (se supone, vemos pastillas, y suponemos que le obliga a costarse con él). Una de las cosas más inquietantes, y que pensé que ocultaba otro giro, es que no se encuentra el arma del crimen. Los guionistas deciden que el padre de la niña, el alocado yonkie de palo, le estrangule hasta matarle, así que nos quedamos con ganas de ver al asesino pedir perdón. Pocos segundos antes, se ha colado en el caserón con intención de matar a Julia, que ya ha descubierto todo. Así que cuando el padre de la muerta aparece y la salva, aplaudimos. Porque si tenemos que esperar a la policía, no lo cuenta. Al lado del cuerpo encontraron un coletero y una brújula, pistas falsas que tampoco explican qué hacen ahí (sobre todo la brújula que conectaba con el profesor que la usaba para controlar a sus palomas). Pero el giro más potente que tiene la serie es la muerte de otra joven en la calle. Piensas que hay un asesino en serie, pero ambos crímenes nada tienen que ver, y aquí es donde nos la cuelan. Por cierto: ¿esta segunda chica no tiene padres? Ella se mató accidentalmente al caer mal y golpearse la cabeza. Huía de otro profesor, pederasta que grababa a sus víctimas hackeando la cámara del portátil, cuando la niña averigua que algo tiene que ver en el asunto. Nada tiene que ver, pero este tipo, alcohólico a plena luz del día, que nadie denuncie y que todos vean mamarse, no se comprende que siga dando clases a sus hijos. El grupo de profesores es de traca. Entre el asesino celoso, el pederasta alcohólico, la profesora lesbiana que se acuesta con su alumna menor de edad y otra profesora que echaron de su anterior colegio por pegar a un alumno no me extraña que los chavales que lean los libros de Blue Jeans aplaudan. Los malos son los profesores, sin escrúpulos y con cero catadura moral. Los héroes son los chavales, que se drogan y se acuestan unos con otros, pero sin hacer daño a nadie. Y encima ayudan en las investigaciones. La nueva generación viene pisando fuerte.

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