8.11.22

HBO cumple 50 años

HBO cumple el 8 de noviembre 50 años. Estas son las claves de un canal que lo cambió todo.

HBO era una cadena conocida por sus reposiciones de películas de Hollywood. Emitió por primera vez el 8 de noviembre de 1972 y fue una película: Casta invencible. 

Los cambios empezaron como un experimento. Hubo una predisposición al auto-odio al decir la propia HBO de sí misma que no era televisión (el ya famoso lema "Its not tv, its HBO - No es televisión, es HBO").

Algo cambió en 1981 con el piloto de Canción triste de Hill Street, de Steven Bochco. Un legado para guionistas posteriores. La HBO institucionalizó al guionista showrunner autocrático. Y les funcionó dos elementos a la hora de marcar su identidad: tetas y palabrotas. 

En 1992 The Larry Sanders Show fue "la media hora de comedia más cruel y negra que se había visto jamás por televisión". Con cameos de famosos que representaban versiones exageradas de sí mismos.

En 1997 llegó Oz "y resulta difícil imaginar que Los Soprano hubiera podido existir sin ella". Violencia impactante. Creó marca pero no generó suscriptores, cosa que sí haría en 1998 Sexo en Nueva York.

Buscaban promoción propia para competir con las videograbadoras y otras cadenas. Si alguien veía en 1999 Los Soprano por el Bada Bing o la sangre más que por sus meditaciones existenciales, ¿quién lo iba a saber? Sería como demostrar que no compras Playboy por los artículos. 

Con HBO las historias se hicieron más ambiguas y complicadas. Implacables desde el punto de vista narrativo, ofrecían pocas catarsis y resoluciones, y no tenían clemencia con los personajes favoritos (esto mucho antes de Juego de tronos). 

Diez años antes las reglas de la televisión protegían de cierto tipo de escenas: no iba a suceder porque no podía suceder. La estructura también cambió, con temporadas más cortas, de 13 episodios, así se dedicaba más tiempo a cada episodio, con historias centradas. Había un menor riesgo financiero lo que propiciaba un mayor riesgo creativo. La narración continuada (a diferencia de las cadenas tradicionales) con episodios independientes y sin final, como las novelas victorianas por entregas.

Los temas cambiaron. Se empezaron a tratar grandes temas de un imperio decadente: violencia, sexualidad, adicción, familia y clase social. Se convirtieron en los temas definitorios de las series de televisión. Se recurrió a la ironía de criticar a la sociedad criticando el consumismo usando el invento más consumista de dicha sociedad: la televisión.

Los personajes también. Eran infelices, moralmente cuestionables, complicados, profundamente humanos. Permitían al espectador implicarse emocionalmente e incluso apoyar y amar a un delincuente (Tony Soprano). Eran hombres hostigados, preocupados por el mundo moderno. Un objeto característico de la época: el móvil. Sonaba en el momento menos oportuno y para dar malas noticias. Predominaban los hombres de mediana edad porque los hombres con poder para crearlos eran también de esa edad. Se Había tolerado a estos personajes complejos en la segura distancia de la sala del cine, pero no en los dormitorios.

¿El resultado? En televisión el guionista es el rey. "Se ajustaban a la norma no escrita de que cuanto más poder tienes más terrible es tu forma de vestir". Hombres a los que se le daba la oportunidad de hacer arte en un medio vilipendiado. Series dramáticas de 12-13 episodios sin final definido iban convirtiéndose en una forma de arte propia, y se convirtieron en la forma de arte más característica de la primera década del siglo XXI, el equivalente a lo que habían sido las pelis de Scorsese, Altman y Coppola en los años 70.

La tecnología cambió la televisión. Llegaron los maratones de series, Internet, nació el fan-crítico, las críticas en tiempo real, los recaps, la reinterpretación ritual.

[Reflexiones de Brett Martin en Hombres fuera de serie, crónica de una revolución creativa]

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