25.4.21

El padre y El silencio de los corderos, coincidencias con Anthony Hopkins 30 años después

Encuentro un par de coincidencias en El padre (2021) que ya vimos en El silencio de los corderos (1991), ambas protagonizadas por Anthony Hopkins. Si el actor ganase el Oscar se lo darían 30 años después. CON SPOILERS.


Recordemos que en 1991, El silencio de los corderos se llevó cinco premios Oscar, entre ellos, el de mejor actor para Anthony Hopkins. Esta noche, si Hopkins gana por El padre sería su segundo Oscar tres décadas después, a los 83 años, nada menos (tras sus nominaciones por Lo que queda del día, Nixon, Amistad y Los dos papas). No lo tiene fácil, pero entre todas las actuaciones de este año, me quedo con la suya.

En 1991, Jonathan Demme dirigió El silencio de los corderos, basándose en la novela de Thomas Harris, con la becaria del FBI Clarice (Jodie Foster) intentando atrapar a Buffalo Bill gracias al doctor Hannibal Lecter (Anthony Hopkins). Han pasado los años y sigue siendo un peliculón (la he vuelto a ver en Amazon).

En El silencio de los corderos hay dos escenas que he vuelto a recordar viendo El padre, la peli del debutante Florian Zeller, con Hopkins como un señor que sufre demencia y que hace un poco la vida imposible a los que le rodean, entre ellos, su hija (Olivia Colman). La peli opta a seis Oscar.

En El silencio de los corderos, Lecter ansía poder tener una ventana en su pequeña celda por la que poder mirar los árboles. Esa es la petición que le hace para ayudar a Clarice en su investigación. 

Al final de El padre, en una de las mejores escenas que le he visto interpretar (se te rompe el alma), Anthony, su personaje, se compara con un árbol que va perdiendo las hojas (de la memoria), y la cámara, de hecho, enfoca la ventana por la que se ven los árboles de la residencia, esos mismos árboles que el caníbal Lecter ansiaba poder disfrutar desde su celda.

La segunda escena en la que encuentro paralelismos es brutalmente curiosa. En El silencio de los corderos, Buffalo Bill ha secuestrado a una chica, la hija de una senadora, a la que mantiene encerrada en un pozo. Ella, muy nerviosa y llorando, le suplica que la deje marchar. En su desesperación le grita: "Quiero ver a mi mami por favor, quiero salir de aquí". 

En El padre, en esa escena final de moledora en la que Anthony ya no sabe quién es y se rompe a llorar, tras haber hablado con el enfermero (¡llamado Bill!) es el propio Anthony Hopkins el que repite las mismas palabras: "Quiero a mi mami, quiero salir de aquí".

Sean o no sean intencionadas, son detalles curiosos de dos grandísimas películas.

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