15.4.18

Feliz aniversario (Netflix): crisis, ¿qué crisis?

Feliz aniversario (Happy anniversary) es una película de Netflix, creada por Jared Stern, guionista de Rompe Ralph y Batman, la LEGO película, que debuta en la dirección. Sus protagonistas son una pareja: Noël Wells y Ben Schwartz (conocido por ser el alocado Jean-Ralphio de Parks and Recreation).

(Opinión sin spoilers)
Como me ocurrió con la primera temporada de Love (y todas las siguientes), Feliz aniversario me la veo sin darme cuenta. Es de esas rom com ya típicas de Netflix en las que las cosas van sucediendo, nos sentimos identificados, nos levantan una sonrisa y aceptamos todas las reglas del juego porque no hacen daño ni resultan pedantes, sólo un divertimento más que explora desde el humor blanco las emociones más universales.

Feliz aniversario resulta familiar porque parece una continuación de Love. Si en aquélla, conocemos el origen del amor, cómo una pareja, aparentemente sin nada en común, se enamora, en Feliz aniversario conocemos a una pareja parecida, tres años después de comenzar su relación. Sam es también el larguirucho feo, seguro de sus sentimientos, pero algo frío en la demostración de sus emociones; y Mollie, la chavala indecisa, pero más echada para adelante, que espera que este tipo tan normal sea su príncipe azul y le demuestre con hechos el amor que dice sentir por ella. En plena celebración de su aniversario, se cuestionan las bases de este amor, lo que da pie a un buen número de situaciones en las que surgen los celos y las dudas, pero, sobre todo, se airean esos sentimientos verdaderos que, tal vez, nunca fueron suficientemente demostrados.

Lo que más me llama la atención es una secuencia que desde ya incluyo en el famoso ránking con penes. Mollie se encuentra de casualidad con un ex, un guaperas que acaba de ser padre. No pasa nada más. Pero él, poco después, la envía un wasap insistiéndola en quedar porque ha sentido "algo" al verla. La situación os habrá pasado, seguro. Él le envía el mensaje al móvil y Mollie lo lee a solas en el baño. Pero, mientras tanto, Sam escucha el sonido del mensaje en el iPad, que ella tiene sincronizado con el móvil. Así que, mientras Mollie contesta y mantiene una conversación, en teoría, secreta con su ex, Sam lo está leyendo todo en tiempo real. Y llega ese momento en el que el ex le envía una foto de su polla, que Sam, evidentemente, también tiene que ver. Una vez más, la ficción usa las nuevas tecnologías para hacer humor con los penes.

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