24.12.12

Crítica Rompe Ralph: el cameo de las galletas Oreo


Rompe Ralph me ha gustado porque me ha recordado mucho a cuando vi Tron en el cine. Los personajes de los videojuegos podían cobrar vida, que es algo que también vimos con los muñecos de Toy Story. En esta peli de dibujos de Disney, dirigida por Rich Moore (habitual de Futurama y Los Simpson) no hay lugar para los personajes reales, sólo guiños a juegos de arcade. El protagonista es el malo (al estilo de Megamind), que quiere ser por una vez el héroe, un gigante que recuerda a Donkey Kong, destrozando el edificio que luego arregla el protagonista del videojuego, Félix, que se parece sospechosamente al fontanero Mario. Ralph participará en un juego que no es el suyo (el Hero's Duty que es como el Call of Duty), cuya prota es un calco de Lara Croft (de hecho, se menciona en la peli). También vemos cameos del fantasma del Comecocos, el erizo Sonic y luchadores del Street Fighter (entre otros muchos). Rompe Ralph es muy infantil (hay una niña que conduce un coche en un juego de gominolas a la que Ralph ayuda como si fuera el monstruo azul de Monstruos SA), pero el villano Ralph, como ocurría con Shrek, es adorable, la verdad.

Como gran anécdota en ese reino del azúcar me ha hecho gracia ver que los soldados del rey son galletas Oreo con muy mala leche.




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