3.9.10

Critica: Un pequeño cambio, con Jason Bateman y Jennifer Aniston


Algo pequeñito. No hablamos de la tierna canción de Eurovisión, hablamos de ese "pequeño cambio" -que de pequeño no tiene nada, más bien es algo muy feo- al que hace referencia el título de esta comedia que cuenta cómo una mujer de 40 (Jennifer Aniston) se queda embarazada de su mejor amigo (Jason Bateman) sin saberlo (el método es lo más espeluznante de todo).

Los debutantes Josh Gordon y Will Speck nos quieren hacer creer que: 1) se puede intercambiar alegremente el semen de un donante (el oficial, Patrick Wilson) por el de otro (el de un borracho Bateman) en el mismo recipiente sin perder su efectividad; 2) el susodicho borracho no es capaz de recordar al día siguiente tan tamaña gracieta; 3) un hombre y una mujer heteros pueden sobrellevar juntos 15 años amándose sin darse cuenta, y 4) que los mejores amigos de cada uno (y su pañuelito de lágrimas), la siempre macarra Juliette Lewis y el siempre condescendiente Jeff Goldblum, no hayan coincidido nunca (aunque esto es lo de menos).

Un pequeño cambio demuestra que ni los mejores actores, ni los mejores productores (Pequeña Miss Sunshine y Juno), ni el mejor material de origen (se inspira en una historia corta del premio Pulitzer Jeffrey Eugenides, autor de Las vírgenes suicidas) hacen que una película sea redonda. Viéndola uno echa de menos algo, sin saber muy bien qué. Tal vez, el enredo se alargue, sea excesivo. O el desenlace se haga demasiado previsible. O, como pareja, Aniston y Batemanno den el juego esperado (de hecho él funciona mejor con "su hijo"). Además, es fácil confundir ficción y realidad. Pareciera que Aniston "la actriz" siente y padece su deseo de ser madre. Lo que podría otorgarle más credibilidad, acaba siendo contraproduncente (es como ver a Demi Moore ligarse a un chaval, tan bollicao como su marido).

Y es una pena, porque posiblemente, éste sea el mejor papel de Jason Bateman: logra con su personaje -tierno y frágil, gamberro y maniático- provocarnos la carcajada (magnífica la secuencia del dichoso frasco y el post-resacón) y emocionarnos con una de las escenas de dramedia más estremecedoras del año, cuando ese niño (¡qué descubrimiento!) nacido de aquella juerga absurda le confiesa a "su padre" por qué deja las fotografías de los marcos.

[Publicado en Cinemanía, septiembre]

4 comentarios:

Unknown dijo...

"1) se puede intercambiar alegremente el semen de un donante (el oficial, Patrick Wilson) por el de otro (el de un borracho Bateman) en el mismo recipiente sin perder su efectividad; 2) el susodicho borracho no es capaz de recordar al día siguiente tan tamaña gracieta; 3) un hombre y una mujer heteros pueden sobrellevar juntos 15 años amándose sin darse cuenta, y 4) que los mejores amigos de cada uno (y su pañuelito de lágrimas), la siempre macarra Juliette Lewis y el siempre condescendiente Jeff Goldblum, no hayan coincidido nunca (aunque esto es lo de menos)."

Por gilipolleces como estas odio las comedias romanticas. Las ODIOOOOOOO!

Mariló García dijo...

Jaja, a mí me encantan las comedias románticas, y aunque ésta no está muy allá merece la pena verla x Jason Bateman que está absolutamente fantástico.

Elisa Díez dijo...

A mi me encantan las comedias románticas. Y creo que esta va ser la mejor opción para el cine de los sábados.

Ainho dijo...

es una película de lo más "sí, claro" y tenías razón, sobran todos menos Jason. Y el niño, que es un amor. En fin, un rato para olvidarse de todo y todos. Las comedias románticas están para eso, no? Sino, no encuentro otra explicación para el hecho de haber visto "Leap year" dos veces.O esa de Tim Olyphant con la chica de Alias.....