En un artículo que publica hoy El País, Batalla de series en EEUU, se analiza (o se intenta analizar) el boom de las series en EEUU con la llegada de la nueva temporada. Después de leer dicho artículo me vienen a la cabeza las siguientes ideas:
*Este artículo llega con retraso (y eso que el periodista lo firma desde Washington). La avalancha de series se ha producido hace ya casi un mes, como comenté aqui. El País, como cualquier otro diario nacional, debería haber hablado desde su emisión en EEUU de series como Private practice y Cashmere mafia, por ligazón con otras series (Anatomía de Grey y Sexo en Nueva York), o de novedades que van a dar un vuelco al temario de las series, leáse Pushing daisies y Cavemen. (Pone como ejemplo supercool por sus desnudos frontales y su desinhibición a la hora de tratar el sexo a Tell me you love. Le aconsejo al periodista que se vea las nuevas temporadas de Weeds y Californication). Leer ahora sobre ellas es tema ya sabido y manoseado. Si, según ellos, hay una minoría que sigue por internet estas series (y no la mayoría que lee su diario), ¿a quién le importa entonces la opinión del Variety o del Hollywood Reporter que se afanan en señalar?
*En el artículo la hipótesis es que en EEUU las cadenas emiten una tras otra varias series para retener a la audiencia. Sin embargo, al mismo tiempo opinan que la venta de aparatos para grabar programas se ha disparado. Una tercera hipótesis que no se contempla y que creo es la clave del asunto es que la mayoría de la gente se baja las series por internet, por mucho que ellos a través de un artículo en el EP3 lo dudaran. Es más rápido y menos molesto. Otra cosa es que a este tipo de diarios todavía les dé reparo, miedo o desconfianza hablar abiertamente sobre esta posibilidad. Y vuelvo al primer punto: no se puede hablar de un fenómeno cerrando los ojos a la realidad.
*Que se den los dos puntos anteriores tiene mucho que ver con que aún no sabemos quién ve qué en la tele en España. Leo que Escenas de matrimonio tuvo récord de audiencia con casi cinco millones de telespectadores. Yo, por ejemplo, no sólo no la veo sino que no entiendo cómo a alguien le puede gustar esa machistada denigrante y pasada de moda (es como el nuevo programa de Pedro Ruiz en TeleMadrid, de verguenza ajena). En fin, es esta tele nuestra la que tenemos porque los que la dirigen no tienen ni puta idea de que además del sexo y los chistes sobre la guerra de sexos, funcionan los guiones inteligentes y las actuaciones soberbias (Desaparecida es un buen ejemplo, aunque el tema ya huela).
*Los que trabajan en prensa en televisión (con excepciones, como en todo) manejan la información de sus series como si fuera el Santo Grial. No quieren contraprogramaciones, ni filtraciones. Así que al final engañan al periodista y por consiguiente al lector. Un ejemplo de inexactitud que sucede día sí, día también. Un periodista pregunta en TVE cuando se emite la tercera temporada de Perdidos en La2. Le juran y perjuran (el periodista ya se conoce el percal) que será el día 26 de septiembre. Así sale publicado. La realidad es que la serie se estrena el día 17 de octubre. El periodista no miente, le engañan. ¿Por qué? No lo sabe. Y no me canso de repetir ¿cuándo van a emitir A dos metros bajo tierra, serie que comenzó sin previo aviso en La 2 y que un día dejaron de emitir? Yo opté por comprarmela en dvd.
*¿Y qué pasa con aquellos periodistas que hablan de las series como si las hubieran visto? Este sería otro gran tema de debate, aunque el que ve series y lee sobre series sabe quién las ha visto y quién no. El artículo de El País es meramente informativo. Ya va siendo hora de que se hagan artículos como los del New York Times, por ejemplo. A mojarse toca.
2 comentarios:
Joer, que post más bueno te ha salido.
enhorabuena.
Sí señorrr! Buen repaso
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