Buck confiesa en 911 que no ha visto Glee. Lo de Ryan Murphy es de traca.
Josh, el compañero de Maddie (hermana de Buck), intenta darle el mejor consejo a Buck, ahora que se ha enterado que su ex (Abby) estuvo a punto de casarse con su actual novio, Tommy. Vamos, un culebrón que ni William Levy, que no hay más gente en Los Ángeles para enrollarse. Él la dejó y él, que la quería tanto, se mosquea. ¿Podría hacer lo mismo con él? En efecto. Entonces Josh le suelta un monólogo en el que Glee es casi la Biblia por boca de Ryan Murphy. Porque, dice, hay un mundo pre-Glee y un mundo post-Glee. ¿Qué significa esto?
Que Buck ha tenido la suerte de tener su despertar sexual en el mundo post-Glee. Me parto porque Buck le suelta "nunca vi Glee", jaja. Y Josh lo soluciona rápido: "No tienes que haberla visto para beneficiarte de ello". Porque tipos como él, como Tommy, surgieron en el mundo pre-Glee.
¿Cómo era el mundo pre-Glee? "Más aterrador, confuso y ni la mitad de aceptable. Hacíamos cosas para protegernos, cosas que no nos enorgullecen, que en un mundo post-Glee parecen menos nobles, pero NO JUZGUES A LA GENTE QUE VINO ANTES QUE TÚ". Y sigue (os dije que era un monólogo): "Los que lucharon batallas que tú no tuviste que hacer. Honra sus cicatrices y les das las gracias". Ahí queda eso. Recordemos que Glee causó un auténtico furor en su estreno en 2009. De hecho, yo solía comentar los episodios en el blog (en 102 posts mencioné Glee).
Además, en este episodio, Ryan descubre que no tiene por qué llevar bigote y se lo afeita cuando se confiesa y descubre que no se tiene que fustigar porque su hijo se haya alejado de él. No hay mejor manera (y más popera) que quedarse solo en casa en calzoncillos, camisa y calcetines y marcarte un karaoke emulando a Tom Cruise en Risky Business. Luego llega Buck cabizbajo y se toma una cerveza con él. Una cerveza que le sabe a gloria.
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