8.7.20

Desplazados (Stateless), magnífica Yvonne Strahovski en un drama sobre los centros de detención de inmigrantes

Opinión sobre Desplazados (sin spoilers).


Esta imagen de Cate Blanchett nada tiene que ver con el verdadero trasfondo de lo que cuenta Desplazados pero es una de las fotos de promoción. Y la verdad es que toda esta secuencia del primer episodio es brutal. Cate Blanchett, a tus pies. Además, ella produce y ha defendido su serie, como hizo en el Content London, donde dijo que cada vez que hablaba de "refugiados" las cadenas le cerraban las puertas. Seis años ha tardado en levantar el proyecto, una trama nada fácil de digerir. El tema es complejo aunque no es la primera vez que la ficción habla de esos centros de detención a los que llegan inmigrantes. Lo hizo por ejemplo (más o menos) Último destino (Last Resort) y en Years and Years dejaron claro que en el futuro también podrías ser tú una de esas personas sin papeles ni lugar al que regresar.

Eso es lo que cuenta Desplazados en la piel del personaje de Yvonne Strahovski (El cuento de la criada), una mujer captada por una secta (que encabeza esta Cate Blanchett estilo Marilyn sacada de cualquier fantasía del cine clásico) y su marido (Dominic West y su barniz de chulazo que se sabe guapo e irresistible). Y que acaba sola y recluida en uno de estos centros en Australia. En 2014 el país enviaba a sus detenidos en busca de asilo a las islas cercanas a la costa, siguiendo una iniciativa del gobierno llamada Pacific Solution. Blanchett quiso escarbar más atrás en el pasado, por eso la serie está ambientada a principios de la década de 2000, cuando Australia se enfrentó a los refugiados de Indonesia y su principal preocupación era detener esos barcos que llegaban. Muchas de esas personas permanecieron durante años en centros en medio del desierto a la espera de pasar de ser un prisionero a ser un refugiado.

La serie además de los inmigrantes que permanecen en ese limbo burocrático –como el afgano Ameer– muestra a los policías que los vigilan, novatos que tampoco entienden la situación y deben enfrentarse a ella sin más herramientas que su instinto. Y, por supuesto, al que maneja el cotarro, el ambicioso Kowitz. De entre todos, sobresale la interpretación de Yvonne Strahovski, una azafata sin autoestima que tras pasar por la secta acaba como una apátrida más. Su personaje está inspirado en hechos reales, lo que lo hace aún más espeluznante. La mujer se llamó Cornelia Rau, fue una azafata germano-australiana detenida como presunta inmigrante ilegal después de escapar de una secta. La serie le plantea al espectador la crueldad de la situación, diferente dependiendo del país del que se hable, cuando el ser humano pierde la dignidad y se encuentra excluido, aislado y sin recursos para regresar a una vida normal. Muy cruda e impactante.

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