12.8.15

True Detective ha muerto, ¡viva True Detective!

(opinión, evidentemente con spoilers, porque no hay quien se pueda callar nada)

Entre todos nos hemos cargado True Detective. Que si ningún actor va a estar a la altura de Mattew McConaughey. Que si sin Cary Fukunaga la dirección no iba a ser la misma. Que si Nic Pizzolato se ha venido arriba y nos ha hartado con tanto postureo intelectual. Hasta la ciudad de Vinci tenía que ser ficticia porque no había dios que se la creyera. ¿Alguien ha entendido de verdad el entramado de corrupción, para qué implicar desde el principio a tres policías mindundis si luego nadie los quería olfateando en sus asuntos, cómo puede durar el episodio final 85 minutos?
¿True Detective o Abierto hasta el amanecer? Escenas de traca
Hay tantas preguntas sin respuesta, incluso más enigmáticas que la propia Carcosa y el rey Amarillo (¿el proxeneta de Irina Rulfo también se llamaba Amarillo? no-way). Para muchos, True Detective ha muerto. Algunos, incluso opinan sobre la segunda temporada sin haberla visto. Otros, la comparan con la primera diciendo, ahora, que aquélla no era tan buena. Algunos diálogos, repiten, les alimentaron la siesta. True Detective me dormía, no pude con ella, qué pesado el Pizzolato y sus monólogos cansinos, vaya tela el Colin Farrell y sus muecas, esas miradas silenciosas entre todos los implicados no era más que paja, como si jugaran a un mus eterno, las mechas ridículas del pelo de Rachel McAdams, por no hablar de la mirada de dura, en realidad, miope, de Kelly Reilly, y qué pintaba realmente David Morse en todo esto, con lo bien que empezó Vince Vaughn mirando una gotera y ha acabado por los suelos, Taylor Kitsch, tú sí que molabas, no supimos en realidad por qué te escondías ni qué te pasaba… ¿Y ese guiño a Friends, en la que salía Jennifer Aniston, ex de Vince Vaughn, ein?

[Inciso guiño Friends: Colin Farrell ve la tele con su hijo. Le da a elegir y el hijo quiere ver Friends. Colin se sorprende: "Eso lo veía una novia mía hace 20 años". Pero al niño le da igual, y como buen padre que intenta ser, pone Friends y ahí que se quedan. Eso sí, ni una sonrisa tú].

En realidad, todos llevan razón. La segunda temporada de True Detective no ha estado a la altura porque queríamos un imposible. Acordaros de Perdidos, siempre el mejor ejemplo, todos hipnotizados y felices, y en pleno trance, zas! la triste realidad. O de otra antología como American Horror Story: ¡Balenciaga! Lo peor de True Detective no ha sido su final, si no cómo hemos ido llegando hasta él. Lo cual es un peor al cuadrado. Pues sí.

Rachel McAdams y Colin Farrell en el remake de Fringe según Pizzolato.
En la última media hora de True Detective ya sabíamos lo que iba a pasar, y aún así el ritmo no cambió. Y acabar en Venezuela pues qué quieres que te diga, el bajonazo total, con esas pamelas y esa fiesta en la que lo único que se puede celebrar es que han sido ellos, los hombres, las únicas víctimas del Pizzolato. Un poco injusto. Y qué es justo. Resulta que echábamos de menos personajes femeninos porque sólo vimos a la tetas en la primera entrega. Al final Rachel McAdams se tiene que hacer pasar por fulana (menos mal que estaba buenorra), tiene una hermana stripper (también buenorra) y la mujer del matón, que parecía malísima de vicio, no lo es para nada, una ilusión de lady Macbeth que es lo que peor me supo. Colin muere por culpa de su hijo (entiéndeme), sin saber que es su padre y sin enviarle su último wasap (joder Pizzolato) mirando un árbol, buscando la muerte en medio del campo, sabiendo que nunca podría huir, que la felicidad no es para él. Vince muere por culpa de su miedo (curioso), intentando cerrar el negocio, para que no le persigan y le dejen en paz. En el último segundo, muere por avaricia, esos diamantes incrustados en su corazón, esa visión en medio del desierto, más larga que la infancia de Heidi. Todos los pichas mueren, pero ellas, no. Pues Nic Pizzolato no nos vas a ganar ni por ésas. En fin, que hasta aquí sablazo va y viene. Lo natural. True Detective se ha convertido en Supervivientes, un Gran Hermano del que todo el mundo comenta a ver quién endiña el chascarrillo más hiriente. Era fácil. Pero si te pones a criticar la primera entrega también lo es. A la segunda temporada de True Detective le ha sobrado diálogo. Un ejemplo vergonzante: cuando la madre y la novia de Taylor Kitsch ven en la tele Esplendor en la hierba. "Parece antigua", dice la novia. "Lo es", dice la madre. Como si nos quisiera mostrar un nivel maribel de ignorancia. Sobra. Paradójicamente, también han sobrado secuencias en silencio. Le ha sobrado el exceso de todo, no era necesario tanto enrocamiento.

Vince Vaughn cabreado con el guionista: ¿cómo que Friends, ein? Envido, te toca.
Viendo el final, creo que Pizzolato podría haber empezado por ahí y haber contado la historia a modo flahsback, pero la narración hubiera sido similar a la primera entrega. Sin embargo, algo me dice que así lo había pensado. Si en la primera, hay un cabeza de turco y el Mal continúa, pues ahora ¡hacemos lo mismo! Si en la primera, el héroe sobrevive, aquí lo hacen ellas, las nuevas heroínas. Y son ellas las que lloran sus pérdidas o se aparecen en alucinaciones, como una conexión más allá de lo terrenal. Pizzolato se ha repetido y lo ha hecho para mal, aunque hay cosas que sí que me han gustado, sin destacar ninguna de forma sobresaliente: esas carreteras filmadas de forma cenital, como venas del mismo cuerpo; esas escenas entre Colin y Vince en el bar; algunas reflexiones sobre el pasado traumático de los personajes; la historia de Taylor Kitsch, a pesar de su final y de la absurda trama de las fotos; y, sinceramente, el Colin Farrell más introspectivo, cuando callaba y actuaba con ojos de cordero, luchando por su única obsesión: ser padre, algo a lo que no le daba importancia Taylor Kitsch, algo que no pudo tener Vince. True Detective, True Father. Posdata importante: si hay tercera temporada la veré. Una que está muy loca.

"Diane, voy a Twin Peaks a diñarla. No habrá cobertura, pero aún así voy para allá"

Segunda temporada de True Detective, claves y curiosidades.
Primera temporada de True Detective, claves y curiosidades.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Marilo, no la he visto pero no me importa spoilearme porque tiene muy malas criticas y no tengo ganas de aburrirme (vi el primer capi y abandoné) pero me podrías decir qué guiño a Friends hay? Gracias!!

Mariló García dijo...

Lo tienes en el texto!

Juanmita dijo...

Flipo con la pena, la cantidad de gente que la pone a parir, sin haberla visto!!!!!, y otros infravalorando la primera. Venga, no me odas.

nanym dijo...

Gracias Marilo! Soy la anonima que te preguntó lo de Friends! jaja bueno no sé si verla o no...mmm gracias por tu critica de todos modos, siempre te leo y me encanta como escribes. Abrazo.

velcoro dijo...

Brutal la segunda temporada, brutal el final. Esta vez SÍ me importaban los personajes, esta vez SÍ había una historia y un final de infarto, y no un speech pseudometafísico, ese que se marcaba Matthew al final y que resumía lo que había sido la primera temporada: la nada, el vacío, un envoltorio brillante y una trama cogida por los pelos en un envoltorio fantástico. Una primera temporada buena que muchos se encargaron de ensalzar y encumbrar a los altares sin pararse a analizar, los mismos que ahora defenestran la segunda porque todos lo hacen. Un fiel y triste reflejo del borreguío que distingue a esta nuestra sociedad. Porca miseria. LA escena: el final en el desierto. Un personaje: Velcoro, que me ha hecho olvidar a ese actorucho de tercera que no molaba nada. Y ella, por supuesto.