19.3.15

Jane the Virgin, el cameo de David Bisbal


Escribía hoy en mi blog de Cinemanía sobre placeres culpables televisivos, esas series a las que estás enganchado pero que no recomendarías a nadie o si lo haces lo harías con muchos peros. Encabeza mi lista Jane the Virgin, que sigo semana a semana y de la que, sin embargo, no he hablado nunca en mi blog (y mira que Rogelio de la Vega es un personajazo). Me enganché porque me recordaba a Ugly Betty, pero de America Ferrara y su pandilla hablé de casi todos sus episodios. Pues bien, me decido a escribir algo en el blog a raiz del cameo de David Bisbal, en el episodio 1x16, tras los que han hecho otros músicos hispanos como Paulina Rubio (la ídola de Xiomara, la madre de Jane) y Juanes (un productor). En el hotel Marbella, donde está localizada la mayor parte de la trama de la serie, se comenta de contratar a algún músico. Petra, una de las propietarias, propone al cantante almeriense: "He encontrado a un músico, bueno, algo parecido a un músico". Resulta que Rogelio conoce a Bisbal y tuitea una foto de los dos juntos en un yate en Los Ángeles rodeados de chavalas en bikini y cócteles (muy @coctelesdeserie). Cuando aparece Bisbal en el Marbella, titulan "estrella de pop mundial", con "siete millones de seguidores" y "cinco millones de discos vendidos". El cantante dice en inglés que se dará una vuelta antes del concierto. La ayudante de Bisbal le deja un perro a su cargo, que mola todo porque al ladrar le subtitulan y el chucho es inteligentísimo. Luego, aparece sobre el escenario y canta en español, mientras Jane y Rafael bailan, aunque esto sólo ocurre en la imaginación de Jane. El perro no era de Bisbal.

Por cierto, también aparece Jane Seymour, la directora de un taller de escritura al que acude Jane.

Jane the Virgin y otros placeres culpables

La escena en la que aparece David Bisbal, hablando en inglés y cantando.



Sobre el piloto de Jane the Virgin

Parecía imposible que Ugly Betty (Fox) –que surgió de la colombiana Yo soy Betty, la fea– encontrara, cuatro años después de su cancelación, a una émula a la altura. La chavala de Jane the Virgin (del canal juvenil The CW y que emite en España Canal+Series), nacida de la telenovela venezolana Juana la virgen, ni es un callo ni parece tan tímida como su predecesora, pero también es una latina perdida en un nuevo mundo que parece venirle grande. De hecho, ya en el piloto, el cambio que sufre es radical: sigue siendo pura y casta pero una inseminación imprevista la deja embarazada. Tal cual.

Jane the Virgin, se ha confirmado hoy, competirá en los Emmy como mejor comedia, junto a Shameless y Glee, a pesar de que la nueva regla de la Academia había confirmado que si la serie superaba los 30 minutos sería considerada drama. Por lo que vemos, hay clases y clases. ¿Qué ocurrirá con Orange is the New Black? Desde los Emmy aún no se han pronunciado. Recordemos que Gina Rodriguez se hizo con el Globo de Oro a mejor actriz de comedia en la última edición de los premios.

Me chifla Jane the Virgin, un culebrón fantasioso y pasado de rosca, donde prima una especie de realismo mágico y se ríen del cliché. Por eso, me engancho a productos serie B como Z Nation (Syfy), la serie de zombies que hubiera arrasado de no existir The Walking Dead (Fox España), pero que, a diferencia de ésta, se atreve con la heterogeneidad del muerto viviente, esto es: zombies yonquis, radiactivos o puestos hasta las cejas de Viagra. ¿No vuelan los tiburones de Sharknado? Pues lo mismo. Si el guión logra sorprenderme hasta lo absurdo, me zambullo en el binge watching sin pereza alguna. De ahí, tal vez, mi fanatismo con Perdidos (a pesar de ese final).

Para estos (mal llamados) placeres culpables (para mí no lo son) sí me sobra el tan codiciado tiempo: aunque la propuesta no tenga ni pies ni cabeza (Helix), a pesar de intuir la cancelación, que lo fue (Selfie) o a sabiendas de que, en ocasiones, me sentiré defraudada (The Strain). No ocuparán ningún ránking de apuestas ni las recomendaría, pero son las series con las que más disfruto, mi Sálvame particular.

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