8.7.14

Luz de luna, Cybil Shepherd a lo Harold Lloyd, el Cara cráter de Grease, la madre de Seinfeld y la última aparición de Orson Welles

Cybil Shepherd a lo Harold Lloyd
Se llama Luz de luna (Moonlighting) por el nombre del champú que había anunciado Maddie y que la había hecho mundialmente famosa. Una ex modelo con una gran fortuna, que de la noche a la mañana se queda sin ella, cuando su contable la estafa y la deja prácticamente en la ruina. Maddie decide deshacerse de sus empresas tapadera (con las que evadía sus impuestos, era fina la nena), entre las que se encuentra una agencia de detectives llamada Luna azul. En su primer contacto Maddie y el vacilón detective David se llevan como el perro y el gato (él llega a llamarle “puta y fría” -¡guau!- y ella le da un guantazo que le acentúa a él la sonrisa tonta). Esta tensa calma es lo que mejor funcionaría en una serie que duró cinco temporadas (hasta 1989) en la que no faltaban los casos con acción y suspense (con episodios autoconclusivos), las situaciones cómicas, los diálogos desternillantes y, claro está, la tensión sexual entre estos dos. El otro día cuando vi el piloto (¡de hora y media!), estrenado en 1985 (está en YouTube) me llamó la atención lo bien que se deja ver después de casi 30 años. Recuerdo pasármelo pipa con esta serie, especialmente con el personaje de Bruce Willis (ya con la voz de Ramón Langa y aún con las cejas sin afeitar) al que tanto le debe el Castle de Nathan Fillion (un actor, por otra parte, que lo hace igual de bien). Ella me caía peor, pero ésa era la intención: mientras Bruce Willis (con 30 años) definía el que iba a ser su personaje más recurrente en el cine (básicamente, un tipo jeta, que no pierde la sonrisa pícara), Cybil Shepherd (con 35 años) imitaba a la Katharine Hepburn de las comedias clásicas (léase también Howard Hawks). Escuchando la música de la intro (no la compuesta por Al Jarreau), me vino a la cabeza la de Segunda enseñanza, una serie española que recuerdo básicamente por el suicidio del personaje de un jovencísimo Jorge Sanz. Nunca entendí por qué a Allyce Beasley, que se llamaba Agnes DiPesto la llamaron Topisto (escuchamos su nombre ya en el piloto, una broma tonta) o cómo la serie logró aguantar tras el éxito de Bruce Willis al frente de la primera Jungla de cristal y la desaparición de ambos en algunos episodios. Del piloto me quedo con la gracia de Bruce Willis (of course), del que decía en Twitter el otro día que ojalá volviese a televisión. No tendría porqué ser en un papel cómico como el que nos tiene acostumbrados o de héroe de acción, fue capaz de hacer peliculones como El sexto sentido y El protector. Yo lo veo... ¿en True Detective? Sería un puntazo.

Cara Cráter en Grease, aquí, también macarra
También me quedo con las escenas ‘de peligro’ que debieron costar una pasta de la época. Me refiero, por ejemplo, a toda la secuencia del reloj, cuando la pareja pone en peligro su vida. Obviamente, son dobles, pero imaginarse a Cybil Shepherd a lo Harold Lloyd me hizo muchísima gracia. Curioso el cameo de Dennis Stewart, el 'Cara Cráter' de Grease, también en una persecución al volante; la asistenta de Maddie (Liz Sheridan) es la madre de Seinfeld (1989-98) y esa última escena en la que Cybil Shepherd parece estar embarazada, ¿no? Por cierto, en el ep. 2x4 aparece Orson Welles comentando que dicho episodio es un experimento (en vez de en color, las escenas de una ensoñación son en blanco y negro). Se emitió el 15 de octubre de 1985; Welles había muerto cinco días antes, el 10 de octubre, y ésta se convirtió en su última aparición en televisión.

Orson Welles en Luz de luna (1985).


Episodio 2x4 en blanco y negro, Cybil Shepherd como Rita Hayworth en Gilda


Harold Lloyd, el hombre mosca

1 comentario:

Augusto Faroni dijo...

"El otro día cuando vi el piloto (¡de hora y media!), estrenado en 1985 (está en YouTube) me llamó la atención lo bien que se deja ver después de casi 30 años"

A mí me pasó justo lo contrario. Adquirí los DVDs de la primera temporada en una compra compulsiva, por aquello de la nostalgia y de la juventud perdida, y creo que no pasé del tercer episodio. Y eso que yo era un gran seguidor de la serie. Me caía simpático, Bruce, y me parecía bellísima, Cybill. La actual Edad de Oro de la televisión les condena en cualquier comparación.

Gracias, de todos modos, por recordarla.