El duelo intelectual entre ambos fue magnífico, así lo demuestra su correspondencia durante los cua- tro años que duró la producción (2001: Una odisea del espacio se estrenó en 1964). “Preguntaba, absorbía la información, lo recordaba todo. Parecía un ordenador”, diría Clarke. “Cada vez que acabábamos, me tenía que tumbar”. El perfeccionismo de Kubrick le llevó a colaborar con la NASA y con IBM, creando cientos de maquetas y pasándose de presupuesto. La mayor preocupación: crear una historia que no se quedase obsoleta con el tiempo.
La revista MAD parodió el final de 2001 a la que llamó 200 min. of a Space Idiocy. |
El cambio de milenio (2001) fue la fecha elegida; Viaje más allá de las estrellas, su título provisional, y se publicó un libro con el filme, algo inaudito. Pelis de los 50 (que he ido comentando en el blog) como Planeta prohibido y Ultimátum a la Tierra fueron fuente de inspiración, como los libros El centinela (1958), de Clarke –cambiando la pirámide de cristal por el monolito–, y African Genesis (1961), de Robert Ardrey, en la escena de los monos. Es divertido leer al siempre innovador Kubrick, cabreado, contradiciendo a IBM, que veía imposible que HAL pudiera ser más pequeño que la nave.
La edición editada por Taschen incluye cuatro volúmenes en un estuche metálico con material inédi- to de los archivos de Kubrick, como la correspondencia con Arthur C. Clarke. Fotogramas, imágenes del rodaje, entrevistas, el guión y las notas de producción originales, la parodia de la revista MAD... Por Piers Bizony, 1.396 páginas, 500 euros, ed. limitada.
1 comentario:
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