22.3.14

Critica No se aceptan devoluciones, la película más taquillera en México

¿Qué tendrá esta película para haber sido la más taquillera en la historia de México? ¿Por qué se ha convertido en el filme mexicano de mayor recaudación en EE UU? Estas dos preguntas revolotearán sobre tu cabeza en la primera mitad de esta comedia aparentemente ligera, al uso, abonada de lugares comunes. A un soltero, inmaduro y mujeriego empedernido, interpretado por el propio director, el debutante Eugenio Dérbez, la vida le da un vuelco al tener que hacerse cargo de su hija, fruto de una de esas aventuras locas con una norteamericana de vacaciones en Acapulco. En el momento en que este peterpan, de nombre Valentín, llega a Los Ángeles dispuesto a encontrar a la mamá, No se aceptan devoluciones se va desmarcando hacia lo inesperado, con situaciones realmente cómicas –muchas ocasionadas por la negativa de Valentín a comunicarse en inglés, ya que sólo habla español–, que van alternándose con pinceladas dramáticas hasta que es la tragedia la que sustituye la pantomima, propiciando uno de esos intensos finales que tocan la fibra profundamente. En la reflexiva transformación de Valentín, a pesar del lógico pesimismo, prevalece el bufón, el padre que ilusiona. Dérbez se convierte en el Roberto Benigni mexicano, sin su poso histórico, pero igual de tierno y conmovedor [Crítica en el número de marzo de Cinemanía] No se aceptan devoluciones se estrena en España el 30 de abril.

3 comentarios:

Alfonso Ibarra dijo...

Película sobrevalorada, apoyada por el imperio Televisa. Es una burla para el cine mexicano que una película regular, sea la más taquillera cuando en México se han hecho mejores cosas y de mayor calidad. No había películas realmente buenas y en todos los medios de comunicación (de Televisa la mayoría) se hablo de ella. Había unas 4 salas con la película en cada cine, ya te imaginaras como fue la distribución. En México ninguna película ha sido apoyada de tal forma.

Jaime Urdiales dijo...

Alfonso Ibarra no hace una crítica objetiva, sino completamente subjetiva, motivada por su odio al “imperio Televisa”. Se le olvida que el público no se equivoca, y que si este llenó las salas de cine fue porque esta película cumple con su principal fin: entretener. También se le olvida que en EEUU le fue muy bien a este filme entre la comunidad latina, y allá no domina el “imperio Televisa”. No puede ser “una burla para el cine mexicano”, cuando los mejores directores y actores de cine en México reconocieron la aportación de esta cinta a la industria nacional. Alfonso reclama que películas de mayor calidad no sean tan taquilleras, pero se le olvida que “la calidad no es popular”, y eso es “aquí y en China”. Por otro lado, aún cuando durante su estreno “no había (otras) películas realmente buenas” (lo cual no fue cierto), el público no es tonto y si la única opción es mala, la gente simplemente no entra a verla.

Gerardo Medina Pérez dijo...

Pues Jaime, yo no odio a Televisa, es más, soy español y no conozco dicho imperio. Es una peli simplona, facilona, de lágrima fácil, con un mal equilibrio de la comedia y el drama, manipuladora, está mal dirigida... Tiene razón Alfonso al decir que hay pelis mexicanas mejores. La mayoría sin ir más lejos. Vaya plomo de peli