8.10.13

Crítica Gravity, de dioses y hombres (astronautas)

No hay palabras para explicar lo que ha hecho el mexicano Alfonso Cuarón en Gravity. Visualmente ACOJONANTE, agobia, entretiene, da que pensar.

No recuerdo haber estado ante un hype de esta envergadura desde El caballero oscuro (descarto el fenómeno Origen porque no va conmigo). He ido al cine, me han sangrado en la entrada (12 euros), más el euro y pico de las gafas 3D. ¿Ha merecido la pena? Absolutamente. ¿Deberían bajar los precios? También. Si el 3D existe es por películas como ésta, donde te sientes por momentos fuera de ti, flotando en el espacio como los protagonistas. Es la única manera de palpar la asfixiante sensación de estar en el vacío, casi como el más allá, en silencio, solo, ajeno a lo que ocurre en la Tierra, sin horizonte por el guiarse, sin movilidad. Eso Cuarón lo consigue a la perfección. En este aspecto, el mexicano ha hecho su Lo imposible del espacio. Hombres como nosotros, hormiguitas en esta inmensidad de universo, que van a la deriva como barcos sin ancla, luchando contra la naturaleza, sobreviviendo.

A veces, durante la película, pienso que no es el espacio lo que veo si no el agua, como si las naves fueran submarinos. Y me agobio más porque la sensación de ahogamiento, de agobio por no poder respirar, sí sabemos lo que es, más de uno la hemos podido sentir en el agua. Algo parecido ocurre allí arriba, con Sandra Bullock y George Clooney como naúfragos casi de sí mismos. Gravity pasará a la historia porque consigue que te sumerjas en un mundo de otro mundo, como en un documental, recreándose, con paciencia, la misma que tienen sus protagonistas, en mil detalles: la cámara que traspasa el casco de fuera a adentro para sentir la respiración de la Bullock; las gotas que flotan y salpican en la cámara; los movimientos abruptos, que también nos desestabilizan en la butaca... No me había mareado tanto desde Cloverfield, aquella peli producida por JJ Abrams de un monstruo alienígena al que seguíamos con cámara en mano. El de delante mío, por ejemplo, intentó esquivar un trozo de meteorito, dando un bote en el asiento. Gravity te hipnotiza al principio, te mantiene tenso a la mitad y te hace explotar la cabeza hacia el final. Los niños dejarán de querer ser astronautas de pequeños, dejarán de querer ser dioses. Porque de eso también trata esta película sobre la superación personal, sobre conocer nuestros límites y confiar en nosotros mismos. Gravity es una de las mejores películas del año, nunca he visto nada igual, pero confieso que me he removido en la butaca, agobiada, como pez fuera del agua.


(a partir de aquí con spoilers)

La trama de Gravity realmente es lo de menos. Dos astronautas se quedan flotando en el espacio, como bebés a los que les cortan el cordón umbilical. Esa imagen del bebé es constante, como si fuéramos eso, criaturas vulnerables, débiles. Cuando Sandra Bullock renace lo hace cayendo al agua, saliendo del mar arrastrándose, como en una metamorfosis, hasta que se pone sobre sus dos pies y camina. Mientras Clooney habla por los codos, nos sentimos seguros. En la primera mitad de la película, Clooney es el experto, nos guía. Pero sabemos que algo malo va a pasar, obviamente. Cuando la paz se vuelve caos (por culpa de los rusos), el personaje de Clooney opta por el sacrificio, se desata de su compañera para que ella pueda al menos sobrevivir. Él no tiene nada que le pueda atar (lo dirá luego), lo más bonito que podrá ver nunca es el sol sobre el Ganges (guiño espiritual y premonitorio), no tiene miedo a la muerte, y muere.

En la segunda parte de Gravity, desde que dejamos de escuchar a Clooney, entramos en otra fase de igual dureza, pero diferente. Aquí dejo de marearme, la inmensidad del universo deja de agobiarme como al principio, ahora me entra cierta ansiedad. La astronauta Bullock está sola, aunque dispuesta a rescatar a su compañero, no deja de ser una novata. Su supervivencia se me antoja una locura, qué va a hacer. Nos ponemos en su piel. Estamos solos, no sabemos, intuímos que tiene que sobrevivir, pero ¿cómo? Los sentimientos de Gravity son universales. Al personaje le hace fuerte pensar que podrá volver a por su compañero, se las ingenia, pero tras intentarlo y fallar, tira la toalla. Pienso que Clooney, al que hemos visto en todo momento con el traje puesto, tiene que reaparecer. No me creo que la estrella no tenga ningún plano sin casco.

La tercera y última parte vuelve a tener a Clooney como protagonista, reaparece la seguridad, la fe, la esperanza. Me creo que pueda haber llegado a la nave, por un momento pienso que la que ha muerto es ella cuando abre la escotilla, que se ha congelado (por qué mantiene esa postura con el brazo no lo sé). Clooney la vuelve a animar, con vodka, hablándole de su futuro de superación. La subtrama de la madre que ha perdido a la hija tal vez sea endeble. Es el motivo por el que la astronauta se siente con fuerzas para enfrentarse a la muerte: podrá ver a su hija al otro lado. Una científico que nunca ha rezado porque no sabe rezar enfrentándose a la muerte creyendo que hay vida más allá. Pero cuando en su delirio -realmente- sueña con Clooney, una alucinación encajada a la perfección en la película (muy Solaris, por otra parte), y recuerda que aún puede sobrevivir, vuelve a ser su hija lo que la anima: ya será Clooney el que hable con ella.

La Bullock llega a la Tierra sana y salva gracias a un cohete ¡chino! haciéndole un guiño un tanto jocoso (que a más de uno chirriará) ¿al robot Wall-e? (la escena del extintor). Que nadie intente explicarse si lo que vemos es real o no, hay que entrar en el juego, vivirlo desde el estómago y abriendo bien los ojos. Y después de la acción, la tensión y la mandanga, llega la reflexión. Cuando ella se pone en pie y anda, y mira al cielo, al universo, sólo dice una palabra: 'Gracias', con la que termina la película. ¿El proceso evolutivo unido al sentimiento religioso? Ella que nunca antes ha rezado y no sabe cómo hacerlo: ¿le da gracias a dios o su dios ha sido siempre Clooney? 

3 comentarios:

JC LOSA dijo...

Me alegra ver que alguien más ha entendido el mensaje de la película, ya que los pocos comentarios negativos dicen que no hay historia.

Yo hasta me emocioné, porque si has vivido una pérdida, entiendes perfectamente al personaje de Bullock, el cual tiene un trabajo inmejorable tanto de guión como por parte de la actriz.

Gravity es un clásico desde su primer visionado.

Jockey dijo...

Es una buena película, pero no una obra maestra como intentan vender los medios. Mira que hemos tenido películas que plantean temas muy similares, y han pasado con más pena que gloria. Ahora resulta que todo el mundo (medios incluidos) se cree un experto por decir que Gravity es una "obra maestra" (cuando muchos no aguantan ni 2001, o Alien les parece otra película de bichitos) cuando no lo es por diversos motivos.
El factor emocional, no está muy logrado. Sí, tienes angustia, pero poco más. El factor emocional no está muy logrado, como por ejemplo sí que lo estaba en Apolo 13 o Elegidos para la gloria. La música es el detonante para aflorar las emociones pero aquí no se consigue, tal vez en la escena final. Tiene pequeños altibajos en ritmo, los momentos de Bullock son un tanto aburridos, y algunas situaciones no están muy bien resueltas. Tema de saltar de un lado para otro, uno tiene la sensación de ver un videojuego en 3d. Como ejercicio técnico impecable, pero nada más. Apolo 13 es, por ejemplo, mucho más grande en todos los aspectos. Vista en 1995 (sin 3d) y uno salía del cine alucinado.

jddm dijo...

Gravity podrá no ser una obra maestra, pero, desde luego, es una señora película. Bravo por la Bullock (de verdad, me fastidia tanto verla hacer papeles chorras....), por diálogos y comentarios que sí dan pie a hacer una interpretación casi mística del renacer del hombre, su superación personal, tras una pérdida. Y bravo, muy especialmente, por esa escena en la que entra en la nave por primera vez, se quita el traje y simula ser un embrión. Lo dicho, quizá no sea una obra maestra, pero sólo por la sensación que transmite con ese plano, merece la pena.
Me sorprendió gratamente. Ahora que estamos con "la fiesta del cine" estoy hasta por repetir e ir a verla de nuevo.
Buena review