21.9.12

Crítica. Mátalos suavemente, Brad Pitt, el señor Lobo de los matones guapos


(subida originalmente el 30 de agosto) La campaña presidencial de 2008 planea desde el principio a fin de Mátalos suavemente. Los speechs de McCain y Obama son la banda sonora de la crisis económica, un soniquete machacón que compara el sistema financiero mundial con una organización como la Mafia. Pero es tan obvia la excusa (lo más insustancial), que mejor aparcar la metáfora en un segundo plano y disfrutar de Mátalos suavemente como lo que es: un magnífico thriller de acción, con elaborados diálogos y actuaciones más que convincentes. El calculador Andrew Dominic compensa la exhibición de una violencia estilizada con dosis de “charlas al volante”, pues la mayoría de los personajes se relacionan entre sí dentro de un coche. Es inevitable pensar en Tarantino, Scorsese y los Coen, con ese grupo de pintorescos personajes relacionados con el hampa, pero hay más. Como ya hiciera con ese atípico western que es El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007), Dominik propone una revisión del thriller mafioso, con imágenes apabullantes, de gran impacto visual, y encuentros (¿desencuentros?), en donde le funciona un finísimo humor negro. Recupera de aquélla a Sam Shepard (en un pequeñísimo y desconcertante papel) y, por supuesto, a Brad Pitt, de nuevo un pistolero impredecible, que, a su modo, también es una leyenda a lo Jesse James. El matón tranquilo, que aniquila “suavemente”, un asesino a sueldo con su propio código de conducta (en el título original, Cogan’s Trade), al que sólo le interesa el dinero. Porque en Mátalos suavemente, todo, absolutamente todo, se mueve por la pasta. Y, como en cualquier transacción capitalista, se impone el contrato. Empezando por el que firman los dos delincuentes de poca monta que dan el golpe suicida en una timba frecuentada por gángsters, propiedad del dudoso Ray Liotta. Contemplamos a la poco convencional pareja formada por Scott McNairy y Ben Meldelsohn entre el desconcierto y la sonrisa, en lo que es uno de los mayores aciertos del filme. Otro es el propio Brad Pitt: su impecable apariencia, elegante a su manera, esconde a un frío asesino, de igual manera que el mundano Richard Jenkins, que le contrata, disimula a un poderoso negociador. Un juego de apariencias continuo, con Cogan como el señor Lobo de los matones guapos. No le tientan las mujeres, ni las drogas, ni el juego. Sólo el dinero, claro. “América no es un país, es un jodido negocio”, sentencia. Una pena que pida refuerzos a un clon de Tony Soprano interpretado, en un alarde de originalidad, por… James Gandolfini. La antítesis de su perfección, pero tal vez un preciado as en la manga.

[Crítica publicada en Cinemanía septiembre 2012]

1 comentario:

manipulador de alimentos dijo...

Andrew Dominik nos ofrece en 'Mátalos suavemente' un thriller intenso, con ritmo, repleto de escenas vibrantes y diálogos frescos, con humor y drama, una película de factura clásica pero que debe gran parte de sus hallazgos a contemporáneos como Tarantino o Michael Mann. La escena entre Brad Pitt y Tony Soprano, James Gandolfini, es soberbia. No es una obra maestra pero defraudará a pocos. Un saludo!!!