7.5.11

Sevilla, día 3: piratas en el Archivo de Indias, Real Alcazar, la mejor tapa en Eslava y las setas de Paco Góngora

Tercer día en Sevilla tras el Alumbrao y las primeras tapitas. Arriba, en el metro. Los tejidos de los vestidos son sorprendentes en algunos casos. Y muy bonitos.
Visita al Archivo General de Indias. Vemos la exposición La piratería en la América Española. Interesante: papeles auténticos y réplicas de cartas. Lope de Vega fue el primer español que escribió sobre la piratería americana, con La Dragontea, 1598. Curioso: la ficción de la piratería, con libros sobre la idealización del fenómeno y películas, hasta llegar al mismísimo Jack Sparrow. Es gratuito y no permiten hacer fotos. Yo hice ésta con el móvil. No había casi nadie. Fuera pegaba el sol. Mi padre espera en la puerta con su perrita Milú. Pasa un grupo de italianos y le echa un euro. Alucinamos cuando nos lo cuenta. Esos mismos italianos, que comen en la escalera, le da los restos de sus sandwiches a unas gitanas, que se acercan, y que no se cansan de ofrecerte el dichoso romero y la buena suerte.
Siguiente parada: el Real Alcázar (entrada: 7,50 euros si no eres de Sevilla). Prepárate para caminar, con jardines, y fuentes, y más fuentes y jardines. Es gigante.
No es Granada, es Sevilla.
Hay docenas de rincones preciosos.
Llenos de detalles.
Hasta pavos reales, uno de ellos con su majestuosa cola.
Comemos en el afamado Eslava, en la parte del tapeo. Cuenta con un restaurante al lado, mucho más caro (donde no dan tapas). Aunque también hay menú, nos decidimos por sus recomendadas tapas: salmorejo, solomillo al cabrales, costillas a la miel, croquetas caseras (cerdo y ternera), charlota de calabacín, vieira sobre crema de algas y...
... Huevo sobre bizcocho boletus y vino caramelizado. Segundo premio a la Mejor Tapa de Sevilla 2010. No hace falta ni que decir que estaba todo riquísimo. Y muy bien de precio: a unos 2,30 euros cada una. De aperitivo, altramuces de la casa. Y no os olvideis los postres: buenísima la tarta de queso.

+Restaurante Eslava, fotos de los platos que pedimos. Link.

Detalle en la entrada del metro. La cinta de lomo se convierte en un cajón flamenco y la pata de jamón en una guitarra para anunciar la cadena de supermercados Mesa.
La Semana Santa siempre presente. "En toda la calle durante Semana Santa" prohibido aparcar. A la izquierda, la entrada a la Catedral de Sevilla, majestuosa, la catedral gótica más grande del mundo, construida a partir de 1433 sobre una antigua Mezquita. Ahí se puede ver la estatua de la fe, el Giraldillo, la réplica del remate de la Giralda.
Los caballos con sus carruajes no pueden faltar.
Letreros en el metro. En Feria la ciudad se paraliza y el metro abre de forma ininterrumpida. He de decir que hemos desistido la mayoría de las veces de cogerlo por la tarde y noche porque había auténticas aglomeraciones, un caos de verguenza. Aunque hay autobuses y tranvías, si quieres acceder a la Feria o al centro de Sevilla, al final lo mejor es el taxi. Los sevillanos parece no estar acostumbrados al metro y no dejan salir a la gente ni se mueven dentro del vagón para que la gente se acople mejor. Una curiosidad: los carritos de los bebés tienen que ir plegados dentro del vagón. A la derecha, lo que viene siendo el CSI por esta tierra... (es broma).
Nos pilló el partido Barcelona-Real Madrid de la Champion. Vimos la primera parte en el hall del hotel Petit Palace Marqués Santa Ana donde se quedaron mis padres porque es de las pocas cadenas que aceptan mascotas. La segunda parte la lloramos (perdió el Madrid) en la Taberna Góngora (General Polavieja) que no recomiendo para nada. Pedimos unas gambas al ajillo que olían fatal y las cambiamos por una ración de gambas que nos clavaron a 28 euros. Hay miles de sitios donde se come de puta madre y no te atosigan para que consumas. Entramos en ésta porque tenía tele, la verdad. Pero donde cenamos no fue aquí, si no en un local cercano, Bodega Paco Góngora (Padre Marchena), en un salón (arriba) con farolillos y una imagen de Becquer (que está enterrado en Sevilla).
Cenamos de maravilla, y ya tarde (tras el partido), solos en un salón con un grupo de franceses al lado que se atrevieron con rabo de toro. Nosotros pedimos las setas (fabulosas), tortillas de camarón, montaditos de pringá, brochetas de solomillo y unos chocos (sepias). Seis personas, salimos a 85 euros.

+Sevilla, día 1: las croquetas de Casa Ricardo, el gintonic en Alcazares y las setas feas de la Encarnación.
+ Sevilla, día 2: el Alumbrao del 32 de abril.
+El escudo del Betis, escondido en la Plaza Nueva. Link.

+En el restaurante Santo by Martin Berasategui. Link.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

y dale, que no son faisanes que son pavos reales............

Mariló García dijo...

jajajja, M, menos mal que hay alguien que sabe :9

Un seguidor sevillano del blog dijo...

Una puntualización. Bécquer no es que esté enterrado aquí en Sevilla. ES DE SEVILLA. Por cierto, a él está dedicado uno de los monumentos más desconocidos y hermosos de la ciudad, localizado en el Parque María Luisa. Un saludo.

Mariló García dijo...

Un seguidor sevillano, Becquer efectivamente es de Sevilla y está enterrado en Sevilla, junto a su hermano, en el Panteon de Sevillanos Ilustres. Estuvimos allí cuando paseamos por La Encarnación, de ahí el comentario.