6.11.10

Crítica. Caza a la espía: caza a Bush


Que no te engañe el título. Caza a la espía, que se presentó en el pasado Festival de Cannes, es un thriller de acción cuya dosis de drama familiar le confiere cierto atractivo más allá de la mera (pero apreciable, siempre) denuncia política. La historia de Valerie Plame (interpretada por Naomi Watts en un esfuerzo hercúleo) podría haberse convertido en una de las entretenidas tramas de Sr. y Sra. Smith (2005), aquella comedia de acción con Angelina Jolie y Brad Pitt como matrimonio de agentes secretos, dirigida también por Doug Liman. Con la diferencia de que, aunque parezca increíble, pasó de verdad. A esta mujer, madre de dos hijos, casada con el ex diplomático Joseph Wilson (Sean Penn en su salsa activista, entregado), su gobierno, el de George Bush, para que quede claro, le hizo la mayor de las putadas que se le puede hacer a un espía, a uno de los suyos: desvelar su identidad. ¿Y qué lleva a la Casa Blanca a desacreditar a la eficaz agente -18 años de servicio- encubierta de la CIA? Un editorial escrito por su marido en el New York Times destapando cómo la administración Bush justificó la invasión de Irak con información manipulada sobre las famosas armas de destrucción masiva. En resumen: cómo Bush mintió al pueblo americano para invadir un país.Si en El caso Bourne (2002), también de Liman (un experto en esto de las dobles identidades), Matt Damon, amnésico, comenzaba una agitada búsqueda por averiguar quién era, en Caza a la espía, es un agobiado Sean Penn el que inicia una particular cuenta atrás para devolver a su esposa la dignidad usurpada con falacias -y, en parte, por su culpa-, mientras ve cómo se va desmoronando poco a poco su matrimonio. Por no hablar de la incredulidad de aquellos amigos que no entienden nada de nada, claro (al loro el cameo absurdo, como todo lo que hace en Modern Family, de Ty Burrell). Y es en el drama personal, del matrimonio, más que en el embuste y el enredo político, donde Caza a la espía puede generar cierta emoción en elespectador, un desasosiego del que el thriller de Liman en general carece. Ni siquiera, la interpretación rigurosa del poderoso tándem formado por Naomi Watts y Sean Penn es capaz de llegarnos a sobrecoger.

Si le es familiar la rocambolesca historia de Valerie Plame (está basada en parte en Fair Game, las memorias que publicó en 2007) la película se le entojará una sucesión tras otra de los acontecimientos que provocaron un auténtico revuelo mediático en 2003 (en los títulos de crédito finales aparece la protagonista). Pero si desconoce el intríngulis de este escándalo vergonzante, Caza a la espía es una buena excusa para aprender, desde el asombro,eso sí, algo de Historia, aquélla que no encontrará en los libros.

[Crítica publicada en la revista Cinemanía]

2 comentarios:

Elisa Díez dijo...

La voy a ver esta tarde en versión original, eso sí, que si no me gusta al menos aprenderé algo de inglés...

Mariló García dijo...

Sí, yo la ví en inglés. Mejor. Así oyes a Bush y a los protas reales hablar como lo hicieron, sin trampa ni cartón.