Nos pegamos el madrugón para ir al
XXVI Trofeo Internacional Villa de Madrid de Karate en el Palacio de los Deportes. Uno de mis primos hace karate y es digna de ver la afición que hay por un deporte que la gente piensa que es minoritario. Es una pena que no se invierta en los chavales y chavalas que lo practican porque somos campeones a nivel mundial tanto en chicos como en chicas.
Desde las once de la mañana a casi las tres de la tarde, compiten los mejores equipos.
En chicas, España contra Italia, y ganamos. En chicos, también gana España, y queda por detrás Egipto, Croacia e Italia. Esperamos a la entrega de medallas y trofeos porque después sorteaban una moto, dos bicis y varias equipaciones. No nos toca nada, mecachis.
Entre medias de la competición disfrutamos mucho más de
varias exhibiciones, tanto de pequeñajos que están empezando como de gente con cinturón negro y hasta seis Dan, acojonante. El momento boca abierta lo pone una embarazada de siete meses que también hace algunas katas. Al término de la competición vemos cómo el equipo español baja a una mesa a por su cheque, cada uno coge el suyo y para casa.
Nos quedamos por la zona y después de dar varias vueltas (están todos los restaurantes cerrados y en los que abren no hay mesa para los ocho que somos) acabamos en uno asturiano,
Hermanos Cosme en la calle Duque de Sesto. Aunque en principio mosquea el local (es el típico de comidas caseras de mediodía) luego nos asombramos del buen servicio, los detalles (ponen jamón con tomate de picoteo y al final chocolatinas) y la calidad de la comida. Muy recomendable: la ensalada de la casa con ventresca y pimiento rojo.
No la como, pero me dicen que la fabada está deliciosa (palabras textuales).
Me pido paella de verduras y lo que como realmente es una especie de rissoto exquisito. El plato es para dos pero pueden comer hasta cuatro personas con la cantidad que nos ponen.
Después de la fabada hay quien se come semejante pedazo de carne. Si pides filete o solomillo se te saldrá del plato, que lo sepas.
Y hay quien después de la fabada y la carne se mete entre pecho y espalda la milhoja más grande que he visto en mi vida. Con bebidas, cafés y postres (el arroz con leche, dicen, está de muerte), nos sale cada uno por unos 27 euros.
Nos pegamos el madrugón para ir al XXVI Trofeo Internacional Villa de Madrid de Karate en el Palacio de los Deportes. Uno de mis primos hace karate y es digna de ver la afición que hay por un deporte que la gente piensa que es minoritario. Es una pena que no se invierta en los chavales y chavalas que lo practican porque somos campeones a nivel mundial tanto en chicos como en chicas.
Desde las once de la mañana a casi las tres de la tarde, compiten los mejores equipos. En chicas, España contra Italia, y ganamos. En chicos, también gana España, y queda por detrás Egipto, Croacia e Italia. Esperamos a la entrega de medallas y trofeos porque después sorteaban una moto, dos bicis y varias equipaciones. No nos toca nada, mecachis.
Entre medias de la competición disfrutamos mucho más de varias exhibiciones, tanto de pequeñajos que están empezando como de gente con cinturón negro y hasta seis Dan, acojonante. El momento boca abierta lo pone una embarazada de siete meses que también hace algunas katas. Al término de la competición vemos cómo el equipo español baja a una mesa a por su cheque, cada uno coge el suyo y para casa.
Nos quedamos por la zona y después de dar varias vueltas (están todos los restaurantes cerrados y en los que abren no hay mesa para los ocho que somos) acabamos en uno asturiano, Hermanos Cosme en la calle Duque de Sesto. Aunque en principio mosquea el local (es el típico de comidas caseras de mediodía) luego nos asombramos del buen servicio, los detalles (ponen jamón con tomate de picoteo y al final chocolatinas) y la calidad de la comida. Muy recomendable: la ensalada de la casa con ventresca y pimiento rojo.
No la como, pero me dicen que la fabada está deliciosa (palabras textuales).
Me pido paella de verduras y lo que como realmente es una especie de rissoto exquisito. El plato es para dos pero pueden comer hasta cuatro personas con la cantidad que nos ponen.
Después de la fabada hay quien se come semejante pedazo de carne. Si pides filete o solomillo se te saldrá del plato, que lo sepas.
Y hay quien después de la fabada y la carne se mete entre pecho y espalda la milhoja más grande que he visto en mi vida. Con bebidas, cafés y postres (el arroz con leche, dicen, está de muerte), nos sale cada uno por unos 27 euros.
1 comentario:
NICE Blog :)
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