21.4.08

Sarah Jessica Parker en el Magazine de La Vanguardia por Annie Leibovitz

Publicado ayer domingo en el suplemento Magazine de La Vanguardia. Sarah Jessica Parker, elegancia en Nueva York, por Annie Leibovitz. Texto: Juan Luis Álvarez.
Los cuatro posados en el hotel Plaza que aparecen a doble página en el interior. 1. Oscar de la Renta. 2. Yves Saint Laurent. 3. No especifican la marca. 4. Carolina Herrera.
"Sarah Jessica Parker posa ante la cámara de Annie Leibovitz con la convicción que afirma poner en cuanto hace, pero tal vez consciente de que es la retratada sin serlo. De que quien en realidad es captada por el objetivo es ese personaje con quien comparte su vida desde hace casi una década y que se ha convertido ya en una segunda piel: Carrie Bradshaw, columnista, quintaesencia del urban chic neoyorquino, eterna romántica con mal de amores, hilo conductor de la serie Sexo en Nueva York y de la película –basada en esta– que es ya uno de los estrenos más esperados del momento.
Tal vez las fotografías muestren en realidad a Carrie huyendo de la habitación de un hotel tras descubrir a su hombre con otra; o esperando, vestida para la ocasión, a que llegue él para disfrutar de una tranquila velada en la ciudad que nunca duerme. O abandonada en un sillón mientras le asalta la certeza de que aquel al que ama nunca abandonará a su mujer. A fin de cuentas, todo eso ocurrió en algún momento en un serial convertido en fenómeno social que revolucionó el panorama televisivo por dos razones: porque no esquivó lo sexual a la hora de hablar de lo que une y desune a los sexos y porque dio voz a las mujeres para que lo explicaran desde su prisma. 94 capítulos emitidos durante un periodo de seis años demuestran que tenían mucho que decir al respecto.
Ahora, tres años después de la finalización de la serie –más por sentido común que por desinterés de la audiencia–, y tras superar numerosos obstáculos fruto de desacuerdos entre las protagonistas en varios frentes que van desde el orden en los títulos de crédito hasta los salarios, el director Michael Patrick King –uno de sus creadores– ha conseguido poner a las cuatro actrices principales de acuerdo y ante las cámaras. La falta de trabajos interesantes parece haber sido la razón definitiva por la que Kim Catrall, Cynthia Nixon y Kristin Davis se han plegado a las condiciones que Sarah Jessica Parker –en su calidad de productora además de cabeza de cartel– proponía o imponía.
De hecho, es la única a la que le han sobrado ofertas de trabajo desde que el serial acabó. Ha rodado cinco películas –las más populares, La joya de la familia, con Diane Keaton, y Novia por contrato, junto a Matthew McConaughey–, ha facturado lo suyo gracias a los anuncios de cosmética y hasta ha creado su propia línea de ropa. Algo que parece estar muy de moda entre las estrellas, pero que en su caso tiene una sólida base. Está considerada una de las mujeres más elegantes del mundo. Y su encarnación de Carrie Bradshaw tiene mucho que ver con ello.
Consciente de su dependencia de esta, la actriz hace tiempo que intenta desmarcarse con declaraciones en las que niega su pasión por los zapatos –y en especial por los célebres Manolos, los preferidos de Bradshaw–, en las que reconforma la dimensión de sus armarios, según ella mucho más normalitos de lo que la gente cree, y que dejan claro que ve imposible estar glamurosa a todas horas; en especial cuando, a primera hora de la mañana, lleva al colegio a su hijo, fruto de su matrimonio con el también actor Matthew Broderick. Incluso parece sorprendida de hasta qué punto la agudeza y el ingenio de la columnista de ficción han quedado sepultados bajo un aluvión de modelos de alta costura, sofisticados aromas y cremas faciales de eficacia probada en la memoria colectiva de millones de espectadores de todo el mundo.
Parker, con los cuarenta ya cumplidos aunque no lo parezca, no fue siempre una bella oficial y, según confiesa, se sintió insegura de su aspecto durante años. De mirada levemente estrábica y propietaria de una irregular nariz de indudable carácter, abandonó su primera vocación como bailarina de ballet para centrarse en la actuación en los escenarios de Broadway. Poco a poco llegaron papeles en la gran pantalla junto a Nicolas Cage, Bruce Willis, Antonio Banderas –que iniciaba su carrera en Hollywood, en la comedia Miami– o Hugh Grant. Incluso durante un tiempo formó parte de las producciones de Tim Burton en éxitos como Mars Attacks! o Ed Wood.
En realidad, la primera vez que se acercó al prototipo de sex symbol fue en 1996 gracias a un papel secundario en El club de las primeras esposas, como joven y caprichosa amante del marido de una de estas. Ya convertida en estrella y avispada como es, no ha puesto todos los huevos en una misma cesta con la adaptación cinematográfica de la serie a la que debe fama y fortuna. Tiene pendientes de estreno el thriller Spinning into Butter y la comedia Smart People, junto a la joven Ellen Page, al tiempo que busca ese papel dramático que la revele como actriz todoterreno.
Así, mientras la legión de seguidores de Sexo en Nueva York se pregunta si Carrie acabará casándose en el filme con el hombre de sus sueños y si sus compañeras conseguirán conjugar parejas y aventuras sexuales con sus actividades profesionales o sus deseos de formar familias, Sarah Jessica Parker ya va un paso por delante".

2 comentarios:

Bloc de Moda dijo...

Hola!!

ya lo modifique!! gracia spor avisarme!!

beso y muchas gracias por esta nota! no la habia leído

lore

Gonzalo Rossello dijo...

Buenisimas las fotossss!!!
Ese aire desprecocupado...pero esperando.

Salu2