Con Sue, Diana, Yolanda y Ana G.
Lo más representativo de la fiesta de la empresa en Fortuny del pasado miércoles día 20 (ahora me llega la foto) es que no me llevé la cámara. Por eso me tuve que tirar al cuello de Míguel, el informático, para que me sacase en alguna. No podía dejar la ocasión de que se viera mi vestido de Viktor & Rolf para H&M, por el que tuve que (casi) pegarme y que ví en el probador a Bibi Andersen. Debajo llevé unos leggins negros que pisaba con el pie y taconazo gris.
Barra libre (de 9 a 12, y luego por tarjetitas que tenías que pedir a los jefes), sorteo surrealista de regalos y dolor de pies. Básicamente lo más importante de esa noche para mí si no hablamos de cotilleos empresariales varios (como en todas las fiestas de empresa, al menos las periodísticas, que no podemos dejar de largar). Mi hermano fue al día siguiente al mismo sitio y le dieron una pulsera con barra libre hasta las 4. Estas son, niños, las diferencias entre una empresa de periodismo (Progresa) y una de publicidad (Young & Rubicam).
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