25.11.06
Crítica. Casino Royale: el nuevo James Bond Daniel Craig
Esta noche he ido a ver Casino Royale, la última entrega de James Bond. No soy una seguidora de la saga. De hecho, cada vez que se estrenaba una de las partes evitaba verla. Sin embargo, esta vez sí he querido ver esta nueva película. Y principalmente uno es el motivo: Daniel Craig. No es que el tipo me guste especialmente pero le da otro punto (más hacía el perfil creado por Sean Connery, para mí, el mejor) más macarra, anti-Bond y atleta. Luce cuerpo (ya era hora), las titis están en un segundísimo plano, hay mucha acción (se la ha tachado de violenta, pero qué peli de ación actual no lo es) y todas las jugadas de cartas que se desarrollan en el casino Royale están muy conseguidas.
La peor parte son los diálogos entre Bond y la chica (una Eva Green supuestamente astuta pero lánguida en lo físico, desagradable), que no tienen ni pies ni cabeza. Del estilo: Aunque sólo te hubiera quedado la sonrisa y el meñique te hubiera esperado (ella) y el responde: pues no sabes lo que puedo hacer con el meñique. Y así una serie de frases absurdas y que lo que provocaban en el cine eran sonoras carcajadas. ¿Nadie se dio cuenta en los pases previos que esto no funciona?
Otra cosa alucinante es la publi. En una misma escena se puede ser a Bond hablando con un móvil Sony Ericsson, con su ordeador portátil Vaio y mirando su reloj Omega (de hecho ella le comenta en otra secuencia si lleva un Rolex. No, es un Omega, responde él. Y ella replica: Me gusta).
Aquí, lo mejor de la peli: Daniel Craig se luce. Con titis como Halle Berry se nos había olvidado que el prota es él no ellas. Daniel Craig también seduce a una de ellas saliendo cual Halle Berry de las aguas. Y lo repite.
Sin embargo, la mejor secuencia es en la que completamente desnudo (jarlll) es torturado. Increíble secuencia. Me río yo de la de la oreja de Reservoir Dogs. La tortura consiste en sentarle en una silla desnudo sin la tapa donde se supone que pone el culo. El malo malísimo coge entonces una cuerda gorda con una bola al final y por debajo de la silla en dirección a los huevos de Bond se lía a darle hasta que se los pone por corbata. Acojonante.
A la entrada del cine para más inri (al menos en los Diversia de Alcobendas, donde í la peli) habían montado una especie de casino con ruleta, blackjack y dados, con crupieres y todo. Incluso en el garage había un coche dado la vuelta, en referencia a las secuencias de persecución de coches que hay en la peli.
El coche dado la vuelta en el garage de los cines Diversia. Hay una secuencia en la peli en la que Bond da nosecuantas vueltas de campana con su coche lo que le ha valido al especialista haber entrado en el Libro Guiness de los Records.
Entrada al cine. En el suelo la silueta de un muerto (como en los títulos de crédito)
Mi madre dándole al blackjack. Los de Vodafone te daban fichas después de echarte una charla sobre los politonos y te daban la opción de ganar ¡una baraja de cartas! Hay que ser cutre.
La nueva campaña de los mayores de 60, pueden entrar al cine los martes por un euro. Lo que no sé es como no les da verguenza hacer este tipo de anuncio. Mi padre ha cumplido los 60 y no es Humprey Bogart. Por la gloria de Casablanca.
Todas las portadas de revistas dedicadas al nuevo Bond
en mi otro blog.
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1 comentario:
A mi los diálogos me gustaron mucho, me parecieron chispeantes.
Y lo de publicidad es un peaje que hay que pagar en toda superproducción actual.
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