31.1.23

The Last of Us 1x3, un Brokeback Mountain en The Walking Dead

Opinión del episodio 1x3 de The Last of Us (con SPOILERS).


Hay episodios que te animan a escribir. A contar a los demás tu percepción más allá de lo evidente. El tercer episodio de The Last of Us es un Brokeback Mountain en medio de The Walking Dead. Algo inesperado. Para unos, una sorpresa que rompe esquemas. Para otros, un relato incómodo, que no tiene sentido en esta serie. En las valoraciones del IMDb, Long, Long Time (la canción de Linda Rondstadt) suma un 8.0 tras 97.733 reviews. Compara. Del primer episodio, con un 9.2, han opinado 62.602 personas. Del segundo, con un 9.3, lo han hecho 56.279. Esto significa que mucha gente que no ha visto la serie, se ha asomado al tan comentado episodio para darle caña o por puro morbo. Algunos incluso han dejado de ver la serie tras esta trama. Este episodio estará nominado seguramente en los Globos o en los Emmy porque sus creadores se han salido de su zona de confort. Pero, ¿qué es lo que ha ofendido tanto? Unos dirán que esta historia nada tiene que ver con el videojuego. Otros estarán cabreados porque no ha habido prácticamente acción, ni monstruos. Algunos se pueden quejar de que la historia no avance, de no ver más a Pedro Pascal, a Bella Ramsey en su odisea. Muchos seguramente no hayan entendido ni el mensaje o piensen que es una trama postureo. Sea como fuere lo que me interesa es que ha dado que hablar, para bien o para mal. 


Nick Offerman recuerda al Ron Swanson de Parks and Recreation por su hermetismo e individualismo (pro armas, anti gobierno, etc) pero físicamente me recuerda más al Forest de la serie Devs (con sus mismas greñas). Murray Bartlett salta de otra serie de HBO, The White Lotus, de la buena vida del resort hawaiano al apocalipsis total. Estos dos se enamoran, siendo extraños, en un momento en el que sería fácil pegarse un tiro uno al otro. Estos dos hacen de su soledad compartida un muro, como la alambrada que los rodea. Solo Joel y Tess conocen a Bill y Frank. Forman parte de su historia.  



Los vemos envejecer a lo largo de los años. Tal vez, el maquillaje y la pelu no sean del todo perfectos, pero vemos a una pareja sobrevivir también a ellos mismos. Bill que parecía herido de muerte (ahí llamaron a Joel, algo nos contarán después), tiempo después es el que ayuda a Frank, en silla de ruedas. Han estado para lo bueno y para lo malo. Y tal es así que cuando Frank quiere morir para evitar más sufrimiento, Bill se va con él. Bill que había sido un tipo duro, capaz de autoabastecerse, se rinde definitivamente y lo hace con la elegancia que le ha caracterizado desde el inicio, envenenando el vino de la botella, compartiendo hasta el final. 

No solo nos sorprende que sea gay, también que toque el piano, que sepa cocinar, que sea un manitas, que tenga clase a pesar de su aspecto rudo. La última cena es la primera que comieron juntos cuando aún no sabían cuan largo iba a ser el camino. Cuando mueren, no vemos sus cadáveres. Bill se ha molestado en escribir una carta pidiendo a Joel que no los vea. Ha dejado una ventana abierta por la que se ve un atardecer maravilloso. Porque la vida sigue, a pesar de todo. Es una trama poética y muy simbólica. 

También pienso en el único zombie que sale, durante unos minutos. ¿Qué nos querían contar ahí? Lo mata a sangre fría, como disfrutando de ello la niña. Ellie saca un cuchillo y no lo mata por compasión. Primero se recrea mirándolo, sintiendo que tiene el poder, le “tortura”, cortándole un poco la frente para asestarle una puñalada mortal. Su gesto ni se inmuta. No hay miedo, ni asco, ni remordimiento. Esta niña demuestra que es capaz de matar sin pensarlo. De hecho, al final esconde una pistola en la mochila. Resulta más chocante esta acción en comparación a la gran historia de amor. Esta niña no tiene ni tendrá los mismos valores que Bill. No sabrá lo que es amar de forma incondicional. Nacer y crecer en el caos, la supervivencia, es como si la hubiera forjado una coraza alrededor. Bill y Frank simbolizan el pasado, lo ideal, lo que nunca volverá. Hasta Joel ha perdido a Tess. Y Ellie es ese futuro incierto en el que manda el cerebro sobre el corazón. 

Entre algunas curiosidades, la música que se escucha de los años 80 en el ordenador de Bill fue captada por Joel en el primer episodio. Además de escuchar su canción, a la cantante Linda Ronstadt le diagnosticaron la misma enfermedad degenerativa que a Frank.

Bill tampoco se aburre :)

No hay comentarios: