24.8.19

Better Than Us y el mito (robótico) de Frankenstein

Opinión sin spoilers de Better Than Us, la primera serie rusa de Netflix.


Aquí no hablamos de robots con sentimientos como en la sueca Real Humans y su adaptación británica Humans, pero al igual que aquellas Better Than Us pone en entredicho el uso normalizado de los robots en el futuro, incluyendo a las robots buenorras. En la primera serie rusa para Netflix, es un único robot (mujer), importado de China, el que pretende pasarse por el forro las tres leyes de la robótica enumeradas por Isaac Asimov. Así comienza Better Than Us, con este profético enunciado en el que básicamente se destaca que un robot creado por el hombre jamás hará daño al ser humano. ¿Mejores que nosotros, quiénes? Evidentemente, los humanoides. Porque en la serie el robot mata porque es el ser humano el que no sigue las reglas. En concreto, un obrero misógino, que cae de primeras mal. Fanfarronea, asegura que no quiere el hijo que espera de su mujer embarazada, está en el lugar equivocado y se sobrepasa con la robot, con el físico imponente de una Barbie. Ella avisa, "no me toques", con un mensaje empoderado que encaja a la perfección. Y a la segunda lo mata. Pero lo hace sin sentimientos, sin más misterio que el ser programado para obedecer las indicaciones de su dueño. Y, en ese momento, el obrero no lo es. No lo es nadie, porque nadie se ha leído las instrucciones. Es como meterle al coche 200 km por hora sin saber dónde está el freno.

Este robot, cual creación de Frankenstein, buscará entonces a su dueño. Y aquí está el punto de esta serie, que sin saber quién es se encontrará a la niña, como en el cuentito de Mary Shelley. ¿Qué daño puede hacer una niña pequeña? Ninguno. La robot se introduce entonces en esta familia anónima, aunque el espectador la conoce muy bien. En paralelo a la historia de ciencia ficción en la que el mal uso de la tecnología nos tendría que poner en alerta, conocemos la historia agridulce de un matrimonio roto. Ella ha rehecho su vida y quiere mudarse a Australia con sus dos hijos (la niña y un chaval adolescente); él es el forense al que le llega el cuerpo del obrero.

El forense es el protagonista de Better Than Us, un padre ambiguo, capaz de luchar por su hija para que no se la lleve su ex mujer y al mismo tiempo dejarla sola en la casa sin preocupación alguna (esto jamás lo veríamos en una serie made in USA, que ya tuvieron suficiente con Solo en casa). La serie entrelaza las consecuencias de esa custodia compartida, con el peligro de la inteligencia artificial. Frente a estos robots perfectos pre-Westworld, un grupo de millenials enloquecidos quiere acabar con ellos (como la Resistencia de Real Humans). Mientras la niña esconde a la Barbie en casa, su hermano no está muy por la labor de interactuar con estos robots. Es fácil enfrentarse a ellos porque no pueden matar al ser humano, el problema es la Barbie y todos los que son como ella (¿cuántos habrá exportado China?). El suspense se encuentra aquí. La Barbie defenderá a la niña y su familia frente a todo lo que resulte un peligro para ellos. Mientras es perseguida por la empresa que la ha comprado, habrá que ver si también es capaz de integrarse como una más, entendiendo que puede adaptarse, dejar de ser un arma letal para convertirse en el robot más perfecto, y bueno, jamás hecho. Eso, o que se crea realmente que es un ser humano, a imagen y semejanza de sus creadores.

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