Crazy Rich Asians (2018).
Vuelo: Nueva York - Singapur.
Aerolínea falsa: Pacific Asean Airlines.
En realidad es la Singapore Airlines, que se menciona varias veces en el libro en el que se basa la película.
De qué va: la neoyorquina Rachel Wu es invitada por su novio a la boda de su mejor amigo en Singapur. Ella desconoce que la familia de su novio está forrada, hasta que llegan al aeropuerto y van a primera clase, algo que la desconcierta. Para que veamos el nivelazo del colega el avión cuenta con bar y un sinfín de cucadas propias de ricos (su familia tiene acciones en la compañía). La película está bien, si te gusta el rollo Sexo en Nueva York. Aquí todos los chinos tienen pasta gansa y están buenorros. Y cuando van de fiesta la lían bien parda. Habla del amor, de la tradición y de la familia desde la perspectiva de una china (la madre y la abuela del susodicho) que vive entre algodones, pasando su sabiduría (y millones) de generación a generación, y una china nacida en EE UU (Rachel) que abraza la independencia y que no sabe lo que es tener una familia, pero a la que el dinero no le importa.
Criminales en el mar (2019).
Vuelo: Nueva York - Málaga (España).
Aerolínea falsa: Callisto Airlines. Es una réplica de la aerolínea Singapore Airlines.
De qué va: Adam Sandler y Jennifer Aniston son un matrimonio en plena luna de miel que viaja en turista. Cuando su marido ronca, la mujer se va a primera clase en busca de unos tapones para los oídos y, de paso, poder comer algo por la cara. Cuando a punto están de echarla, el adinerado dueño de la aerolínea la invita a ella y a su marido. Más sobre la película.
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