19.11.18

Entrevista. Emilio Aragón: “Me gustaría trabajar con los Javis”

Entrevisto a Emilio Aragón (Cuba, 1959) en Madrid, donde presentó su último proyecto solidario como vicepresidente de Acción contra el hambre, "Lucha de gigantes". Durante muchos años ‘Milikito’ fue uno de los rostros más populares de la televisión. Hoy se replantea volver al cine, no descarta trabajar con Los Javis y “por qué no”, si es divertido, resucitar ‘Médico de familia’.


El proyecto de Acción contra el hambre es muy ambicioso: un concierto, un documental y un disco que El País distribuyó en octubre. Tras el avance que habéis presentado, no te lo voy a negar, tengo un nudo en el estómago con el videoclip de Lamari cantando Lucha de gigantes, de Antonio Vega… 

(Emilio canturrea la canción). ¿A que sí? Es muy emocionante, sobre todo sabiendo que cuando acaba el videoclip hay una evolución armónica. Lamari se mete en el agua y te da rabia porque unos segundos más… ¡hubiera sido fantástico!

¿Tal y como está el patio aún crees en la solidaridad, en un mundo en el que gana menos un médico que un futbolista, en el que se magnifican nimiedades en las redes sociales? ¿Cómo te afecta lo que te llega de este mundo loco en el que vivimos? 

Cada generación ha tenido ese momento de grito a la inmensidad, de decirse: ‘Este mundo se ha vuelto loco’, de gente indignada con su entorno. El problema del hambre es un tema gravísimo, es EL tema (en mayúsculas). ¿Cómo es posible que India exporte tanta comida y pasen hambre? Lo que dices tú: ‘¿Qué locura es ésta?’. ¿Cómo es posible que un alimento tenga que recorrer tantos kilómetros antes de llegar a tu boca? ¿Cómo es posible que todo esté tan desajustado, que algunos ganen tanto, que nos obsesionen otras cosas? La solución es que nos tiene que importar. Tiene solución y lo dice la gente que sabe, y las estadísticas. Nosotros podemos hacer mucho, con organizaciones como Acción contra el hambre, pero este tema tiene que entrar en las agenda de los políticos, si lo hiciera en un porcentaje un poco mayor otro gallo cantaría.


¿Crees que este tipo de proyectos solidarios también tendrían que estar en la agenda de nuestra monarquía?

Todo entra en el mismo paquete. No quiero señalar a nadie en concreto. Al final es abrir la ventana y gritar a los cuatro vientos que tiene solución, que nos echen una mano. La canción Lucha de gigantes, de Antonio Vega, dice: “Me da miedo la enormidad donde nadie oye mi voz”. Hay muchos gigantes, la mayoría son anónimos, pero el porcentaje de cooperantes es muy alto. Hay gente que se ha levantado un día y ha decidido cambiar su vida. El director comercial de una empresa que prefiere ganar un poco menos porque quiere ayudar, por su propia conciencia.

Cuando uno escucha las canciones de Antonio Vega respira libertad y pienso en La Movida. ¿Crees que había más libertad en los años 80, cómo recuerdas tú La Movida? 

Antonio y yo éramos amigos, eso para empezar. En un momento dado, por el trabajo y la profesión cogimos caminos distintos… Lo que creo que había entonces, después de 40 años de una dictadura, era una generación que se encontraba con ganas de hacer un montón de cosas, de ajustar ciertas cuentas. No sólo era una generación con una cierta edad, es que todo era joven. Y cuando digo todo, era todo. El movimiento, el espíritu… y se respiraba lo que era una democracia joven. Cuando uno es joven comete magníficas locuras…

¿Tú también cometiste locuras durante La Movida? No te imagino, la verdad. 

¿En esa época? Yo qué edad tenía en esa época… dos años menos que Antonio (se lo piensa) pero sí, todos hemos hecho locuras. Pero, claro, el nivel de locuras depende del barrio y de la persona. Lo que sí fui, fue absolutamente libre para hacer lo que quise y para desarrollar lo que siempre quise. Cuando grabé el programa ‘Ni en vivo ni en directo’ en 1983 tenía 22 años. Me fui de Madrid a Barcelona y pude escribir y dirigir un programa en el que hacía lo que quería. No tuve a ningún jefe que me dijera que algo no se podía hacer o decir.

Pero hacer lo que te diera la gana en TVE con tan sólo 22 años era de privilegiados… 

Sí. Es más, las únicas críticas negativas que me hacían por algún gag venían de parte del público. Había gente que me decía: “Cómo es posible que hayas dicho esto”. O de alguna marca comercial. Pero, claro, estamos hablando de principios de los años 80, la sociedad seguía siendo pacata en bastantes cosas, muy ingenua.


Emilio Aragón formó parte de 1977 a 1981, junto a su padre Miliki y sus tíos, del famoso programa 'Los payasos de la tele'. Fue en una prueba para presentar el Un, dos, tres, donde Chicho Ibáñez Serrador, fetichista de las gafas (acordaros de las azafatas), le aconsejó que las llevara. No consiguió el puesto de presentador, porque “le parecí muy joven. ‘Todavía te queda un ratito’, me dijo. Tenía 21 años y granos en la cara”.

Aquellas gafas fueron uno de sus santo y seña. Otra, la combinación de esmoquin con zapatillas blancas de ‘Ni en vivo ni en directo’ mientras seguía una línea blanca en el asfalto. “Valerio [Lazarov] quería que llevara esmoquin porque era una gala de noche. Sabía tanto de televisión… pero discutimos. Pensé en ponerme las zapatillas blancas días antes y lo hice”. El programa de sketches fue el Saturday Night Live español y fue nominado al Emmy, nada menos.

¿Crees que echamos de menos aquella época donde parecía que uno podía hacer lo que quisiera? 

Creo que la nostalgia es algo directamente proporcional a la edad. Pero sí que creo que la libertad que hay ahora, que te da esto [señala el móvil], es mucho mayor que la que teníamos nosotros entonces. Hoy en día tienes Twitter, Instagram, Facebook… y una inmediatez que no teníamos entonces. Si quiero decir algo, lo digo y sale en 15 segundos y lo pueden ver miles o millones de personas. Es una herramienta muy poderosa…

Las redes sociales, en efecto, son una herramienta muy poderosa, pero también peligrosa. Hay mucha información y te come la vida. 

Por supuesto. Y no sólo eso. Como hay tanta información asomar la cabecita y decir que estamos llevando adelante este proyecto solidario… Hay tantas plataformas, pero bueno… creo que la buena noticia es que la gente ayuda y que hemos trabajado muchísimo durante dos años, ha sido muy intenso y no ha sido fácil levantarlo. Y gracias también a las empresas que nos han ayudado y a gente como Alejandro Sanz que se pagó la orquesta de su bolsillo y lo grabó él solo. Eso no tiene precio.



Durante el homenaje que te dieron en el pasado Festival de Televisión de Vitoria (FesTVal) diste las gracias a tu padre, Miliki, y quisiste recalcar que a tu madre también. ¿Qué importancia han tenido las mujeres en tu vida?

Mi casa era un matriarcado. Mi madre era una cubana maravillosa. El trabajo importante de padre es aquel que, cuando eres adulto, reparas en algo y te dices: “Ay, amigo, qué listo, o qué lista fue…”. Porque tú no te diste cuenta en ese momento. Mis padres supieron darme unas herramientas para que me desarrollara, me dieron libertad, pero supieron encarrilarme. Cuántos casos hay, y yo conozco muchos, de (señala con el dedo): “Tú vas a hacer esto”. A mí eso nunca me lo dijeron. Quería ser tantas cosas… Es muy importante tener a alguien que te ayude a fracasar, que te diga: ‘Fracasa’.

Y para alguien que ha vivido feliz en un matriarcado, ¿qué piensas de la lacra del machismo y de tantas mujeres asesinadas por hombres en España? 

Era algo que tenía que estallar de alguna manera, en algún momento. Afortunadamente esto ha sido así. Hoy mismo estaba escuchando en los informativos lo de Les Moonves, presidente de CBS, que ha tenido que dimitir. Y hay una contradicción curiosa. Mientras los que destapan todo esto son de una generación, ves en las noticias que está ocurriendo lo mismo en chicos en edades muy tempranas. Este es un movimiento que ha empezado hace poco pero que tiene que seguir avanzando. La buena noticia es que habrá una nueva generación que crezca entendiendo que esto hay que hacerlo de otra manera.

¿Has conocido en el terreno profesional algún caso de acoso sexual? 

Honestamente no he tenido una situación así, no la recuerdo. Además, en las series (se lo piensa)… Hay una cosa muy curiosa que ha pasado en los proyectos en los que he estado, esa sensación de familia, de grupo grande. Partiendo de la base, por cierto, de que yo no sé trabajar con tensión. Hay gente que le encanta la presión y piensa que en un ambiente tenso sacas más del actor o de la actriz. Y yo soy… Leí una vez un comentario de Mel Brooks que decía: “Cuando acaban los proyectos me da mucha pena porque me lo paso tan bien”. Y yo me lo paso bien en mis proyectos. Hoy felicitaba al niño de Pájaros de papel [película por la que fue nominado al Goya como mejor director novel en 2010]. [] hizo la película con ocho años y ahora cumple 20… El tiempo pasa volando. Recuerdo el ambiente del rodaje, maravilloso… No he vivido ambientes hostiles ni he visto problemas entre directores y actrices.

Decías en Vitoria que “el por qué no” debería existir profesionalmente. Esto es algo que me recuerda al “lo hacemos y luego ya veremos” de Los Javis. ¿Qué te parece que haya gente joven arriesgando? 

A mí me parece que lo que Los Javis están haciendo… (asiente con la cabeza) y ahora se van a atrever con otra cosa completamente distinta. Efectivamente, “por qué no”. Se acabó esa época de ciertos tabúes o encorsetamientos, en que se decía: “Tú vas a jugar de lateral derecho”. Y llega un día y dices que prefieres jugar de delantero centro. Y esto llevado a cualquiera de las disciplinas, “por qué no”. ¿Por qué un actor dramático no puede hacer comedia? ¿Por qué un cómico no puede hacer drama?

En España parece que ocurra lo contrario, que el que se atreve a probarlo todo es criticado… 

Ya va cambiando, pero sí que ha costado. Lo que necesitas es que tu interlocutor, sea el público o quien sea, esté dispuesto a perdonarte el fracaso, no a ponerte el foco y a lapidarte. Hay gente que lo hace por motu propio y se dice: ‘Si me lapidan pasará el tiempo y volveré otra vez’. Me encantaría que un cantante de ópera… lo que hace Ara Malikian [que participa en el proyecto de Acción contra el hambre], que te toca algo de pop y en Viena, uno de Mozart. En EE UU es más habitual.

Los Javis, además de descubrir a nuevos talentos, han resucitado a artistas de la vieja escuela. ¿Te gustaría trabajar con Los Javis? 

Claro que me gustaría trabajar con Los Javis. Te aseguro que nos encontraremos en algún momento. Les pediré que me hagan algo y ellos me pedirán… (risas). Haremos cosas mutuamente.

¿Crees que en España la comedia sigue siendo un terreno vedado para las mujeres al menos en los programas de televisión? 

Sí las hay. Yo consumo bastante comedia también americana y en EE UU hay muchísimas. Pero, claro, ellos han ido y han vuelto muchas veces. En España hay mujeres, pero es verdad que las hay más en directos y en televisión no se las ve tanto. Es una pregunta que fíjate no me había planteado… Y es curioso porque si ha habido un momento de grandes actrices con vis cómica es ahora. Siempre las ha habido en España, como la Prendes, Amparo Baró…

Ahora que se habla de erigir una estatua a Chiquito de la Calzada, ¿crees que se debería reivindicar la figura de tu padre Miliki y de tantos otros que han hecho tanto por el entretenimiento en España? 

Creo que sí. No me voy de la pregunta, pero hay una cosa curiosa que me pasó el otro día. En una cena con gente de menos de 40 años me puse a hablar de Alberto Sordi y se hizo el silencio. No le conocían. Tampoco a Vittorio Gassman. Ni a Marcello Mastroianni. No habían visto ninguna de sus películas. La somelier del restaurante, que era licenciada en Bellas artes y tenía unos 40 años, tampoco los conocía. No sé si es algo cultural… Debemos empezar a reivindicar a los grandes. Preguntas en la calle quién es Alberto Closas o la Prendes o Pepe Isbert o José Bódalo y… es terrible. Hay que rescatar esas figuras, incluso desde los medios de comunicación hay que empezar a honrar a esa gente con el recuerdo. Y recordar lo grandes que eran y las grandes cosas que hicieron en un momento complicado.

Aquellos que crecimos con vosotros sí que nos gusta enseñar vuestras canciones a nuestros hijos o sobrinos. ¿Te sigue emocionando que recuerden Los payasos de la tele? 

Me emociona cuando veo que padres jóvenes le ponen canciones de mi padre a sus hijos y que gente de mi generación o mayores se acercan y me dan gracias a mí y de rebote me las dan por mi padre. Tengo dos nietos y uno que viene en camino. No sé si es que soy muy abuelo o qué (risas) pero quiero rescatar esa parte buena. Como abuelo estoy babeando todo el día (risas).

¿Y de casta le viene al galgo? Siempre has sido muy discreto, pero, ¿tus hijos han seguido tus pasos? 

De alguna manera sí. Una de mis hijas tiene una agencia de publicidad, la segunda es diseñadora de moda y el tercero también está con un tema de diseño. Les gusta la parte creativa. El consejo que le dimos su madre y yo es que hicieran lo que les diera la gana. Y que sean felices. Bastante complicado está este mundo como para que encima… Simplemente por ser felices haciendo lo que hacen van a hacer felices a otra gente.

¿Qué proyecto ilusionante te devolvería a la televisión o al cine? Comentabas en Vitoria que te han tentado con un personaje que nada tiene que ver con lo que has hecho… 

Hay tantas cosas… Tengo asignaturas pendientes con la música, con el cine… ahora estoy empezando con un proyecto en el mundo de la animación, pero al mundo infantil hay que dedicarle tiempo y cariño. Y en ficción estamos desarrollando un par de ideas que están muy chulas…


¿Un revival de 'Médico de familia' (1995-1999) está entre tus planes? 

Me lo han preguntado alguna vez, pero tendría que ser algo puntual, algo divertido, tal vez, un especial. Es complicado poner de acuerdo las agendas de todo el mundo. De todas maneras la gente tiene un recuerdo tan bonito de Médico de familia … A veces me cuentan cosas de la serie que ya ni recordaba. Fueron cinco años maravillosos.

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