4.2.18

Uma Thurman y Mira Sorvino, el escándalo Harvey Weinstein y Quentin Tarantino

Uma Thurman es la última actriz que ha decidido hablar sobre el acoso sexual sufrido a manos de Harvey Weinstein. Echando mano de alguna biografía de Quentin Tarantino que tengo y libros relacionados con el Hollywood más oscuro, te das cuenta de que la ignorancia y el "mirar hacía otro lado" de una industria ha tapado los casos de acoso que siempre ha estado ahí (el productor que acecha a la actriz de turno). El caso de Uma Thurman me interesa porque entronca con Quentin Tarantino, el niño mimado de Miramax, y ex de Mira Sorvino, otra que también ha hablado.




Una Thurman ha comentado esta semana en The New York Times cómo conocía a Harvey Weinstein desde Pulp Fiction. El productor, recuerda, antes del ataque, la "validó" tras hacerse amiga de Eve Chilton, su mujer por entonces. Después, la actriz dice que tuvo una reunión en la habitación de un hotel en Paris. Weinstein salió en albornoz (siempre salía en pelotas, según confesiones de otras actrices) y cuando la llevaba a una sauna, Uma dice que se avergonzó ("esto es ridículo", se dijo) y huyó de allí pensando que Weinstein era simplemente un excéntrico y sin darle mayor importancia. Después de aquella primera tentativa, llegaría el asalto sexual en un hotel en Londres, en el que, sin precisar la fecha exacta, la actriz dice que el productor la empujó hacía abajo, se abalanzó directamente sobre ella, e "hizo todo tipo de cosas desagradables" (entre ellas, despelotarse por lo que da a entender la actriz).

Weinstein le enviaría rosas amarillas como disculpa y ha afirmado ahora que pensó que en Paris habían flirteado, de ahí que siguiera con el supuesto tonteo en Londres, aunque ha negado el acercamiento físico. Es decir, reconoce que la actriz no miente, pero sí niega, además, que se vengara de ella y pusiera en peligro su carrera profesional (esto lo ha dicho de todas las mujeres que le han delatado, como Mira Sorvino, curiosamente, relacionada también con Quentin Tarantino).

La novedad del relato de Uma Thurman es que incluye a Tarantino al recordar cómo el director casi la mata en el rodaje de Kill Bill en México, cuando la obligó a conducir un coche trucado con el que acabó chocando contra un árbol. De aquel accidente, en el que sufrió una conmoción cerebral, la actriz creyó que no podría volver a caminar, y arrastra desde entonces un dolor crónico en cuello y rodilla. Uma Thurman, muy amiga de Tarantino, le acusó de intentar matarla y estuvo durante años peleada con él exigiéndole las cintas grabadas del accidente.

Aunque Uma Thurman lo ha revelado esta semana, lo cierto es que en noviembre de 2017 la actriz ya había "confesado" su malestar hacía la actitud de Harvey Weinstein en su Instagram, al felicitar las fiestas excepto al productor y a sus "malvados conspiradores" (uno de ellos sería Tarantino).

Releyendo una biografía de Quentin Tarantino, escrita por Juan M. Corral, descubro que, por ejemplo, el declive de Mira Sorvino (recordemos, novia de Tarantino), se achaca a la propia actriz. El libro es de lo peor que he leído y no lo recomendaría, pero me sirve para mostrar lo que ciertos críticos creen que ocurría en Hollywood por pura ignorancia. El tono hiriente del texto no es algo casual en el libro, ya que el autor menosprecia la figura del personaje analizado, algo completamente incomprensible.

Ahora sabemos que Harvey Weinstein puso en la lista negra a Mira Sorvino con ayuda, entre otros, de Guillermo del Toro. Algo que, echando mano de la hemeroteca, me resulta chocante. En Sexo, mentiras y Hollywood, recomendadísimo libro de Peter Biskind, se alude a este asunto cuando la actriz rodó Mimic. Acababa de ganar el Oscar por Poderosa Afrodita, de Miramax, y era novia de Tarantino. Weinstein decidió echar a Del Toro y fue Mira Sorvino la que lo impidió con ayuda de Tarantino (el director reconoce en el libro que todo lo hizo ella). Por eso digo que me resulta desconcertante que Del Toro haya contado ahora que él consintió no contar con la actriz porque se lo dijo Weinstein si fue ella la que le salvó el culo.

Volviendo a Uma Thurman, en la misma mediocre biografía de Tarantino se dice que Uma Thurman "era una diva que rebosaba altanería por todos sus poros". No sabemos a cuento de qué viene este ataque, ya que la actriz antes de rodar Pulp Fiction era una actriz prometedora, pero que aún necesitaba ese empujón final para ser una estrella. Cuando el crítico comenta que se eligió a Uma Thurman porque otras actrices como Holly Hunter o Meg Ryan habían rechazado el papel, lo cierto es que fue Tarantino quien las rechazó porque Miramax no se quería gastar una pasta en una peli independiente. Con estos recortes (como elegir a Travolta en vez de a Daniel Day-Lewis) hizo que se redujese el presupuesto.Es decir, Uma Thurman no era la mala de la película para entendernos.


Tras Pulp Fiction ("la guerra de las galaxias del cine independiente"), Quentin Tarantino se convirtió en uno de los niños mimados de Miramax. Y volvería a contar con Uma Thurman para Kill Bill. El libro de Biskind recoge otro episodio que demuestra cómo la actriz tuvo que tragar lo suyo al ser criticada por Weinstein por su mala interpretación en La copa dorada (tres años antes de Kill Bill). Sale en su defensa su ex marido Etha Hawke, rechazando la idea de que Uma Thurman perteneciera a "la familia Miramax".


En fin, que toda la industria de Hollywood sabía cómo se las gastaba Harvey Weinstein. Biskind recuerda cómo se le perdonaba porque "él era así": perro ladrador y poco mordedor. Pero no era cierto porque no trataba por igual a todo el mundo y pone como ejemplo a Gwyneth Paltrow, a la que, supuestamente, trataba de buenas formas como haría con sus hijas. La Paltrow ha sido también una de las actrices que ha confesado que Weinstein se intentó sobrepasar con ella. Nadie estaba a salvo ante un depredador sexual que se sentía invencible.


Tarantino responde a Uma Thurman y la actriz matiza sus declaraciones aquí.
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