21.12.17

Una vida a lo grande, el increíble Matt Damon menguante

Dirige Alexander Payne, que siempre me deja dudando cuando acabo cada una de sus pelis. ¿Me ha hecho reflexionar? Sí. ¿Me ha gustado? Bueno. ¿La volvería a ver? No. Matt Damon se hace pequeño para llevar una vida más feliz. Es decir, si eres un tipo de clase media, pero aspiras a ser millonario por la cara, en el futuro hay un método por el que te hacen pequeño y entonces todo tu dinero valdrá más porque vives en menos espacio, comes menos, y molestas menos. ¿Y qué pasa con tus amigos, tu familia, los seres queridos que no se hacen pequeños? No te importa, porque a lo que aspiras es a ser feliz con menos: menos estatura y menos gastos. Lo que sorprende de Una vida a lo grande es que, aunque conozcas los claroscuros del tema (hacerte pequeño es irreversible) no dejas de sorprenderte, especialmente en la primera mitad de la película. La imaginación del director vuela y te mete en un sinfín de escenas anecdóticas, que te provocan la risa y la sorpresa. Como la primera vez que ves El increíble hombre menguante. Pero Una vida a lo grande nada tiene que ver con lel cachondeo de El chip prodigioso ni Cariño, he encogido a los niños, no. Porque la broma da paso a la comedia negra para ir de cabeza al drama. Este viaje de Alicia en el (mini) País de las Maravillas da mal rollo. Eso, lo primero. Después, el personaje de Matt Damon, que fue un calzonazos como humano grande lo sigue siendo como diminuto. En eso no cambia. ¿Qué es lo que le hace transformarse, encontrarse a sí mismo? Porque de eso trata esta película. No sale tanto de él como de los que le rodean. Es decir, cuando era un tipo normal la gente que le rodeaba no le motivaba, no salía de su zona de confort, no era valiente, en una palabra. Matt Damon conoce a alguien en ese otro mundo que le pone las pilas. Pero ese mundo tampoco es idílico, al contrario, repite las mismas equivocaciones del que ya conocemos. La última parte de la película me decepcionó, a pesar del mensaje explícito de intentar hacer de este mundo un lugar mejor y de mostrar a esa minoría que siempre estará jodida, sea el mundo que sea, con el peligro, por otra parte, de creerte demasiado el mensaje y acabar en una secta. Un cuento agridulce, con mensaje confuso, que te deja con un mal cuerpo importante.

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