26.10.17

Episodes, ¿ha sido un buen final?

Se acabó Episodes. Lo avisaron con tiempo, pero aún así no han sabido rematar una serie divertida en las que sobresalía por su cinismo y flema la pareja de guionistas británicos. Matt LeBlanc hacía de sí mismo, o de Joey, porque no sabemos si es que es así de serie o se lo hace.


El actor de Friends acumulaba guiños hacía la serie que le dio la popularidad, pero renegaba de ella, medio en broma medio en serio, cuando soltaba alguna puyita hacía sus excompañeros o contaba alguna batallita nostálgica. Matt LeBlanc seguía siendo el más torpe, el ingenuo y vago Joey, aunque, en Episodes, se lo podía permitir por la pasta y fama de la que presume y porque, sobre todo, le seguían dejando meter la pata.

El gancho de Episodes, y por la que la he seguido viendo hasta el final, ha sido su crítica ácida hacía el mundo de Hollywood, el trato a los guionistas, la fama de los actores, las envidias y todo lo que rodea a la producción de un piloto creado por unos ingleses (un matrimonio), pero rematado (casi hasta matarlo) por los siempre infantiles yanquies (en concreto, por un productor -enorme John Pankow-). Matt LeBlanc se ríe de sí mismo y de su profesión, pero, a diferencia de Friends, aquí se recubre de una fina capa de cinismo sin la que, parecen decirnos, no hubiera podido sobrevivir. Su forma de ser va minando a este matrimonio, en una especie de metáfora: los remakes en EE UU la mayoría de las veces se cargan el producto original.

Primera y segunda temporada

Episodes empezó cañera, hablando de la polla de Matt LeBlanc (tal cual) para terminar con Matt LeBlanc sacando la polla en el concurso que presentaba en directo por televisión. El sexo y el dinero han movido a su personaje a hacer cosas de las que no estaba especialmente orgulloso.

El matrimonio compuesto por Beverly y Sean, sin embargo, soñaba con trascender. "A nadie le importan las críticas de televisión" vino a ser el mantra de la segunda temporada. Un nuevo varapalo para la pareja. Mark Lapidus personificaba al productor despreciable, al igual que su ayudante, Carol, enorme pareja también ambos. Episodes, en apariencia una serie blanca, contenía escenas insólitas, como ésa del episodio 2x4 en la que Lapidus caga en directo ante nuestros ojos o esa otra en la no se censura el desnudo de una acosadora de Matt LeBlanc.

Tercera y cuarta temporada

Como réplica, la tercera temporada sí le dio la importancia que merece la crítica televisiva, aunque fue el propio espectador de la nueva serie de Matt el que logra que la cancelen. El actor sale menos y los secundarios se lucen más. En la cuarta entrega, Matt LeBlanc se queda sin pasta. No sabemos cómo va a salir de ésa, pero da pie a numerosos chistes en torno, de nuevo, a Friends.

Poster de la primera temporada (Matt se tapa la polla con un guión) y de la última temporada, dentro de un ataud.

Quinta temporada

La quinta, y última temporada, viene a decir que Matt sale a flote, ha hundido a los guionistas en la miseria, en un trabajo que no quieren, y, aunque tienen la oportunidad de volver a hacer algo juntos, de nuevo Matt LeBlanc los traiciona. La serie acaba bien para todas las partes, con un happy ending forzado, aunque previsible. Cuando comenzó Episodes siempre me imaginé que acabaría como lo ha hecho: con Berverly y Sean escribiendo el guión de sus vidas, esto es: Episodes. Nadie como ellos para describir el ambiente de los estudios de Hollywood y su hipocresía.

Los guiños a Friends han sido uno de los aciertos de Episodes.

Así acaba Episodios con Matt LeBlanc

En un cine, Matt LeBlanc se queda en segundo plano, en la fila de atrás, para que la cámara enfoque a los verdaderos protagonistas de Episodes. Beverly, descubrimos, sería interpretada por Emma Thompson, y Sean, por Kenneth Brannagh en ese piloto del que se muestran satisfechos. Elegir a este matrimonio roto en la vida real suena a viejuno, pero supongo que no se les ocurrió nadie mejor. Carol sería interpretada por Isla Fisher. Lapidus, que desapareció de la serie y al que recuperaron para nuestra alegría, es un productor morralla pero con éxito, feliz de casarse con Morning, nada menos. Su ex ayudante y ex amante, Carol, embarazada de él en una noche loca, en realidad no duda en aceptar casi en el último momento que está enamorada de la que fue una de sus jefas, con la que acaba, igualmente, tan feliz.

A Matt LeBlanc le debió importar bastante poco esta temporada, pues ya tenía entre manos otra serie megablanca (Man with a Plan), ésta sí, en la que interpreta a un padre de sus hijos, sin experiencia, pero igual de socarrón, que viene a confirmar que esto es lo que funciona en la tele USA y no hay más. Echaré de menos la mecánica entre Beverly y Sean.

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