Parchís fue el grupo infantil más famoso de una época, y no sólo en España, especialmente en Latinoamérica. Con Tino Fernández (ficha roja) había hablado hacía unos años para una entrevista en La Revista 40, pero, desgraciadamente, perdí su contacto. Sin embargo, hubo suerte. Todos los miembros tienen cuenta en Facebook e, incluso, llego a contactar con Oscar Ferrer (ficha azul que duró un año y fue relevado por Frank) a través de Linkedin. En el caso de Frank fue mucho más fácil: su móvil se puede encontrar online. Frank es el que sirve de mediador, ya que todos (excepto Oscar) comparten un grupo de WhatsApp.
Como Frank está de vacaciones, hablo primero con Tino, que vive en Barcelona; después con David (dado, ficha blanca), desde Nueva York; con Yolanda (ficha amarilla), en México, y, finalmente, con Frank. Este proceso duró un par de semanas. Oscar me contactó cuando vio publicado el artículo (por eso no aparece) y Gema (ficha verde) no pudo contestar ni por teléfono ni por email porque tenía guardias de noche en su puesto de administración de un hospital.
Todos llegaron a la misma conclusión en sus declaraciones. Siguen con la idea de rodar un documental, ya que, después de un año y aunque parezca sorprendente, no han conseguido financiación. En dicho documental les gustaría hablar sobre su insólita trayectoria, lo grandes que fueron, sus viajes por medio mundo y toda la repercusión que tuvieron durante aquellos años y posteriormente. También hablan todos, sin pelos en la lengua, del dinero que les fue robado, ya que, a pesar de generar millones de pesetas de la época, no percibieron royalties hasta hace poco menos de una década.
En otras circunstancias, seguramente, sus vidas habrían sido de otra forma, pero prefieren no pensar en ello y siguen cada uno trabajando en lo suyo. Tino ha colaborado con un fan que tiene un grupo; David trabaja creando efectos especiales en Nueva York; Yolanda ha comenzado una gira teatral en México, y Frank, que trabaja como fotógrafo, ansía participar en algún programa en televisión.
Frank es el más beligerante y el que ofrece todo tipo de datos, cifras y nombres propios de una época en la que era el más pequeño del grupo. Son datos, algunos, que es mejor pasar por alto o que se reseñan en el artículo a modo anécdota. No es nuestro trabajo, pero a veces al periodista no le queda otra que proteger al entrevistado de sí mismo, de sus declaraciones. Con las declaraciones de Frank salen 200 titulares. Es de esas entrevistas tan contundentes, que arrasaría en formato podcast.
Por eso, me llama la atención que en su página de Facebook Frank Diaz diga cosas como que el artículo contiene "alguna que otra tergiversación de ciertos datos como viene siendo habitual". No creo que nadie tenga nada en contra de Parchís, al contrario. Es más, el entrevistado cuenta lo que quiere contar, y más teniendo las tablas que se supone que debería tener.
Frank Diaz vuelve a insistir en ello en otra entrada en su Facebook, diciendo que no preparan un documental para denunciar a nadie. Cuando le pregunté por la información publicada por El Mundo el año pasado, en la que él ya hablaba de explicar la supuesta estafa a Parchís en un documental, podría haberlo negado, pero no lo hizo.
En lo referente a Tu cara me suena, el programa de Antena 3 de imitaciones, busco la frase textual dicha por Frank Diaz. "Me rechazaron en Tu cara me suena porque buscan caras actuales. Que soy muy viejo, vamos. No lo digo por la edad, sino porque prefieren poner al charcutero de Aída que a alguien que ha sido alguien y ha marcado una etapa hace 30 años". Es obvio que Frank Diaz no es el concursante más mayor que ha tenido Tu cara me suena, se sobreentiende que habla de "famoso viejo" porque fue famoso, pero hace 30 años. Ojalá le contraten porque Frank no sólo bailaría y cantaría, daría titulares a cascoporro, sería carne de cañón televisiva.
Por cierto, El Sevilla imitará a Parchís en la próxima gala del programa.
Actualizo: cantó Comando G como si fuera la ficha roja.
Actualizo: Netflix estrena el 10 de julio de 2019 un documental sobre Parchís.
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