9.9.15

¿Son las series una adicción? Cuando la ficción seriéfila supera la realidad

"Quien se aburra que apague la tele”. La frase la dijo Alonso tras vaticinar “peores carreras” en la Fórmula 1. Pero cualquier seriéfilo podría haberla suscrito hace unos cuantos veranos. Sin embargo, y a riesgo de fantasmear, ya saben, imaginar lo que no es, podemos afirmar que este mes de agosto la parrilla está que arde, más que nunca. Sólo hay que echar un vistazo al estresante calendario para comprobar que necesitamos... más vidas. O algún invento que nos haga seleccionar mejor nuestros placeres culpables, aquellas series que sólo defendemos nosotros y otros cuatro frikis. ¿Estamos obsesionados, son las series una adicción? Leía en la prensa que beben más alcohol las personas de ojos azules. ¿Harán alguna vez un estudio similar sobre la dependencia, por ejemplo, a los procedimentales o a las series de la BBC? Porque cuando descubro que el creador de Facebook vaticina que enviaremos emociones telepáticas como si fueran una imagen, no pienso en la evo- lución humanoide: me recreo en el juego que daría una trama así en una serie como Humans. “Es posible que haya vida inteligente ahí fuera, pero es muy difícil encontrarla”. Escucho a Victoria Meadows, directora del laboratorio planetario virtual de la NASA, y me la imagino discutiendo con Mulder y Scully en el reboot de Expediente X. ¿Qué nos pasa, doctor? Pues lo que nos pasa es que vivimos (casi) la ficción como nuestra propia realidad. Nos creíamos más a House que a nuestro médico de cabecera. Y si esto nos hace felices, qué más da entonces. Seguiremos quitándole horas al sueño [Columna publicada en el número de agosto de Cinemanía]

1 comentario:

ficción histórica dijo...

Sin duda las series son sumamente adictivas. Aunque personalmente prefiero las series de ficción... y más aún si tratan de ficción histórica, no hay comparación.