22.4.15

Piloto Code of a Killer (ITV), el ADN del asesino, con David Threlfall

(sin spoilers) Echaba de menos a David Threlfall, el prota de la Shameless british y de What Remains, que tanto parecido guarda con Code of a Killer, miniserie de dos episodios de una hora de la ITV, ambientada en los años 80 y basada en hechos reales. Dirige James Strong (Broadchurch). Como en What Remains, Threlfall es un policía que investiga un caso (David Baker). Si en aquélla era un jubilado, sin recursos, pero con una intuición alucinante, en Code of a Killer, es el jefe de policía tranquilo, pero firme, capaz de movilizar a su grupo de agentes en el pueblo en el que ocurre el asesinato de una joven, dar la mala noticia a sus padres o dudar hasta de su propia sombra. Si recordamos la melenaza del actor en Shameless, aquí le han plantado un peluquín con un tinte más negro que las hormigas.

El segundo personaje potente, que irá a la par con el agente (esto se intuye nada más comenzar el piloto) es un profesor, obsesionado con su trabajo de genetista, muy al estilo de William Master de Masters of Sex. Pienso en ello porque John Simm (Intruders) me recuerda físicamente a Michael Sheen, y por el cuarto oscuro en el que él y su ayudante revelan sus pruebas, al que llaman Orgasmatrón. Este hombre, Alec Jeffreys, tarda unos años en encontrar lo que él llama "el tartamudeo" del ADN, que es esa parte de nuestro código genético que nos hace únicos, como la huella digital. Efectivamente, como vemos con el geek de Halt and Catch Fire, este tipo pone en peligro a su familia, su trabajo es lo primero y se pasa las horas muertas hasta conseguir el eureka.

Viendo series como Forever, The Bridge o The Fall, damos por hecho la facilidad con que se realizan las pruebas de los crímenes sin resolver gracias al ADN. En 1983, cuando empieza la serie, esas pruebas no existen. Durante Code of a Killer (Código de un asesino), este médico va avanzando en sus estudios, mientras vemos cómo la investigación del policía va, sin embargo, en retroceso.

Me ha gustado mucho el respeto con que tratan la muerte, sin enseñarla en primer plano. Aunque se abusa un poco de la cámara lenta para darle más emotividad a la secuencia, hay algunas escenas memorables, rodadas a las espaldas de los protagonistas, por ejemplo. La localización, un pueblo tranquilo, no es un personaje, ya que poco sabemos de sus habitantes, sólo se nos insinúa un posible culpable. Pero no hay bares, ni casas desde las que el asesino se asome, ni pruebas que despistan al espectador. La investigación se hace in situ por la policía, como dice el prota, para que el asesino les vea y las familias sepan que no están de brazos cruzados. La serie es serena, no hay humor, y los momentos dramáticos son dignos de mencionar. La impotencia del poli, que en ningún momento pierde los papeles, se combina con la seguridad del que tiene la ciencia de su lado. "La ciencia nos ha salvado", dice el poli en un momento dado.

con spoilers del asesino
Margaret Thatcher (increíble, pero cierto) fue la que dio el visto bueno a una idea que parecía una auténtica locura: extraer muestras de sangre a todos los varones en un radio de siete kilómetros. Hasta el último momento no sabemos quién es el asesino. Hay un hippie que la cámara sigue muy de cerca cuando se saca sangre que parece el sospechoso, ya que conduce el coche del criminal. En otra escena, el verdadero sospechoso recoge a una chavala que se salva por los pelos, pero no es el hippie, ya que el conductor, desde atrás, tiene el pelo corto. Al igual que Alc Jeffreys descubrió el códico que nos hace únicos de chiripa, la pista real es la de otra chica que escucha de casualidad al melenas alardear en un pub con que ha suplantado la identidad de su jefe. El criminal era un tipo casado, que trabajaba en una panadería, con antecedentes por delitos sexuales. La chica que escapó de ser la tercera víctima no habló con la policía, podría haber sido una buena pista, aunque, si sale en la serie, es porque finalmente habló. Ese cabo se queda un poco suelto.

Para saber más sobre los hechos reales en los que se basa. El genetista es Alec Jeffreys. El asesino es XXXX.

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