12.11.14

Cómo elegir la mejor cerveza Casimiro Mahou


Acostumbrada a la cata de vinos, me sorprende y mucho la degustación que desde @madriddiferente (¡gracias Martin!) me proponen con cervezas Mahou, pero no las de toda la vida, esas cañas que suelo tomar en Madrid. La empresa lanza la colección de cervezas Casimiro Mahou, cada una con un sabor especial y diferente, ideales para combinar con depende qué plato. Un maridaje que se me hace muy curioso porque siempre tiendo a mezclar la cerveza con unas patatas fritas, unas gambas o unos encurtidos. Yo que siempre asocio el queso con el vino, me sorprendo tomándolo con una cerveza Jacometrezo. Porque, además, cada una de las cervezas Casimiro Mahou se inspira en una zona de Madrid donde la empresa dejó su huella: Jacometrezo, Maravillas, Amaniel y Marcenado. Todas con sus botellas de cristal "de las antiguas" y su etiqueta de papel. Una cata que nos fue explicada por un especialista, mientras observábamos el aspecto del líquido, su olor, su sabor y la fusión con la tapa.

Empezaré por la que más me gustó, la cerveza Mercenado (en amarillo), ideal para combinar con frituras, ensaladas, escabeches y, ojo, cocina oriental, con lo que a mí me gustan los restaurantes japoneses. Me recuerda a las birras niponas. Es de trigo, inspirada en recetas alemanas. Se bebe en un vaso ancho por arriba, debido a la abundante espuma que forma esta cerveza.

Mercenado, con un rollito de queso cremoso estilo oriental

La que menos me apetecería de elegir entre las cuatro sería la Jacometrezo (en gris), una cerveza inspirada en las de Abadía. Me resultó más floja de lo que pensaba, ya que la asocio a las cervezas que he probado en Bélgica, que son mucho más dulzonas y pegan más, eso también. La Jacometrezo me recuerda a la juanola, al sabor del anís. Esta cerveza tiene una alta graduación y se bebe en copa balón. Ideal para carnes rojas, caza mayor y quesos curados.

Jacometrezo con unos tacos de queso curado.

La cerveza Amaniel (en azul) se parece a la cerveza Mahou de siempre, pero estilo lager. Amaniel es la calle madrileña donde se abrió la primera fábrica de Mahou. Se sirve en un vaso Pilsner, alto y fino que mantenga la espuma. Para combinar con pescado, ahumados, mariscos y encurtidos. Me supo como a la cerveza de toda la vida.

Amaniel con unos tacos de salmón ahumado y pepinillo.

Por último, la cerveza Maravillas (en rojo) es una versión más tostada de la Amaniel, más intensa. Tiene también una alta graduación y se bebe en copa Tulipa, con los bordes hacia fuera para que la punta de la lengua sea lo primero que toque la cerveza (donde se sitúan los receptores del sabor dulce). El maridaje ideal: con carnes blancas, caza menor, quesos semicurados y embutidos.

Maravillas, con un pincho de jamón y queso Camembert.
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Por cierto, que el especialista en cerveza nos recomendó el bar El Cangrejero y allí que me fui el sábado. Nos contó la leyenda de que los barriles de cerveza estaban unidos a la fábrica de Mahou de la calle Amaniel. En El Cangrejero tiran las cervezas como hay que tirarlas: se echa un poco del grifo, se deja descansar y luego se echa un chorro que se desborde del vaso, formando la espuma, para luego quitar el sobrante con la típica espátula blanca. Con unas patatas fritas y unas banderillas, nos supo a gloria.

1 comentario:

Reb dijo...

ya he pasado el link de la cata a una amiga. gracias!