16.9.14

Critica Si decido quedarme, Chloe Grace Moretz, entre la vida y la muerte

Una familia ideal en la que no encajas. Los adoras, pero te sientes adoptada. Que levante la mano quien no haya pensado alguna vez en ello. A tu padre le gusta el Iggy Pop de antes del 78 y a ti, tocar el chelo. Eres joven, el sol entra por la ventana y tu existencia es tranquila, sin sobresaltos. Lo normal. Pero un accidente por el que entras en coma, lo cambia todo. O no exactamente. Y mucho tiene que ver la estructura narrativa de Si decido quedarme (If I Stay). Este drama familiar se sostiene a través de numerosos y felices flashbacks que se entrecruzan con el triste presente del hospital en el que la protagonista asiste a esa cruda realidad. “Todo es increíble hasta que se vuelve realidad”, se oye decir. Y es entonces, cuando la niña, junto al espectador, va conociendo más sobre los sacrificios de su familia, quiénes eran realmente los que la rodeaban. Chloë Grace Moretz –tremenda actriz, ganas de verla en más registros– tiene esa mágica decisión, la de quedarse o no, cuando se encuentra entre la vida y la muerte. Pero, ¿quién no querría vivir, por qué renunciar a la vida? La película sí evita entrar en el debate de una manera profunda y se enreda en una historia de amor teenager. Es como ver a una Bella durmiente del siglo XXI preguntándose si desea el beso del príncipe. Pesa en todo más la metáfora que el desarrollo en sí. Tenía potencial Si decido quedarme, aunque no es difícil dejarse llevar por la historia mientras uno construye la suya propia [Crítica publicada en Cinemanía octubre]

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