1.8.14

Plan diabólico (Seconds, 1966), Rock Hudson, a lo Don Draper, en la fiesta del vino

Plan diabólico: recordar a Don Draper en su salsa

(sin spoilers) Plan diabólico (Seconds, 1966). Rock Hudson interpreta al otro, es decir, al resultado de la operación que se hace un tipo que quiere cambiar drásticamente de vida (los llaman los "renacidos", lo que me ha recordado a Les Revenants, aunque no tenga nada que ver). Que seas un hombre de mediana edad, rechoncho, con una mujer mayorcita, chapados a la antigua, y, de pronto, te conviertan en Rock Hudson pues tiene su puntito. John Frankenheimer (El hombre de Alcatraz) es el culpable de este drama ci-fi, surrealista, en el que destacan unas cuantas escenas a las que es difícil encontrar explicación (son los años 60, ¿qué quieres?). Antiochus Wilson (que ya tiene tela el nombre) se coge una buena cogorza en una fiesta a la que acompaña a su chica Nora (Salome Jens).

Rock Hudson en el día más feliz de su vida (o no).

La verdad es que no recordaba haber visto al altísimo y musculoso actor, vestido impecable eso sí, borracho perdido y tirado por los suelos (algo de Don Draper tocando fondo en Mad Men tiene). Esto asusta tanto como el careto que pone cuando se mira al espejo por primera vez y ve el resultado de su increíble operación (que, por cierto, podéis ver al detalle en la película, lo que da un pelín de grima).

Todos en pelotas en la fiesta del vino. Hippismo a tope.

La otra gran y larga secuencia, lleva a Antiochus a otra fiesta, esta vez, del vino, en la que una joven se queda en pelota picada y se lía a pisar la uva dentro de un enorme barril. Este recipiente es tan grande, que, al final, entre risas y cachondeo fino, acaban todos despelotados, pisoteando el fruto y magreándose cosa fina. A ese barril acaban cayendo, evidentemente, los dos protagonistas, aunque, eso sí, al actor sólo le verás el pectoral. "Pisa la uva, pisa la uva", qué pesadilla de soniquete.


En cuanto a la peli en sí, tiene varios puntos vista ahora en la distancia, como subir al tren que sale de la estación Grand Central de Nueva York y ver a esos extras leyendo sus enormes periódicos o haciendo crucigramas. O la forma de rodar las escenas en las que el pre-Antiochus es drogado, con un escenario que recuerda a un cuadro de Dalí (estuvo nominada a los Oscar a mejor fotografía). Se hace pelín larga y le sobran algunos momentos, pero intrigante es un rato.


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