17.8.14

Crítica Begin Again, idealizar la industria discográfica (y Rolling Stone)

Begin Again, de John Carney, muestra lo que debería ser la industria musical, la idealiza, y eso está bien. Es un sueño, una fantasía que tienen todos los que se de dedican a la música. Que un productor famoso (en horas bajas, claro, que no todo es tan ficticio) te haga una demo como tú quieres cuando ni siquiera lo buscas pues es un lujazo. La idea es genial: grabar las canciones en la calle. Eso da pie a ver Nueva York por la puerta de atrás, en sus callejones, sus azoteas, el metro…, como lo es este mundo musical que, repetimos, NO EXISTE. Mark Ruffalo exagera su personaje de idealista alcoholizado amante de la buena música y Keira Knightley sonríe sin cesar porque todo lo que le pasa le viene regalado. Ella tiene talento, vale, y sus amigos son los mejores y todo el mundo trabaja en el proyecto porque Ruffalo les promete algún dinero. Viven del aire básicamente. Esto no se lo cree nadie, pero es lo que hay. Borrando de nuestra cabeza que parece una peli Disney, la historia se deja ver porque contiene algunas escenas emocinantes y porque te hace creer que las cosas se podrían hacer de otra forma. Además, hay al final una puyita a la industria discográfica que está muy bien traída (dentro siempre de la ficción). De romántica tiene que ambos protagonistas sufren por amor. Ella por su Adam Levine y él por su Catherine Keener, actores que le dan un punto realista al asunto (como CeeLo Green o Mos Def) y su toque underground e indie, respectivamente (sólo hay que ver cómo viste la Knightley). Aunque hay momentos GLUP como la aparición de Rob Morrow con coletilla ochentera y descubrir en los títulos de crédito que produce Judd Apatow. Me quedo con dos escenas cojonudas: la de la discoteca con ellos bailando mientras escuchan otra música a través de sus auriculares y, especialmente, con la primera canción ('A Step You Can't Take Back'), cuando ella la toca a capella y Ruffalo se la imagina con arreglos. Si os preguntáis si es mejor o peor que Once (2006), del mismo director, no sé qué deciros. Once era aún más especialita, aunque menos vista y original.



Por cierto, como curiosidad, en Begin Again se menciona dos veces la revista Rolling Stone. La hija de Mark Ruffalo (qué pena que a Hailee Steinfeld no se le quite el mohín de huele a pedo en toda la peli) está en su discográfica y ve colgada esta portada con su padre y Mos Def, cuando eran Dan & Saul, los cracks del rap en EE UU, descubriendo a grandes talentos. Salir en RS era lo más. Luego, el personaje de Adam Levine (Maroon 5) se emociona, y así se lo comenta a Keira Knightley, cuando le llaman de la revista (demostrando que la Rolling sigue siendo cool). Si os fijáis en el último póster de la peli (arriba) veréis que las críticas megaultraspositivas llegan de Rolling Stone. Sacad vuestras propias conclusiones.


1 comentario:

JC LOSA dijo...

Hoy en dia en el mundo del arte, no es tan raro que muchos apuesten por un proyecto sin cobrar. Yo mismo, estoy inmerso en una serie, Shortime, en la que han colaborado famosos y técnicos de sonido de cine profesionales, y nadie ha cobrado nada.

De hecho, cada vez contamos con más y mejor equipo, sin tener que pagarles.

Nos mueve que nos gusta l proyecto y confiamos en él. La película lo refleja muy bien, y puedo decirlo porque he vivido algo similar.