El restaurante Al-Mounia (web) es uno de los clásicos de Madrid, en la calle Recoletos. Para probar la cocina marroquí (en concreto, magrebí), seguramente, el mejor. Cuando fuímos había mesas con parejas y una mesa larga llena de periodistas del 20 Minutos que despedían a uno de sus fundadores. Había bastante bullicio, la verdad. Para empezar traen pan y un aperitivo de albóndigas y canutillos crujientes (3,50 euros).
Un plato generoso de cous-cous kefta (con ternera) en brocheta (23,50). La carne no me gustó mucho, muy seca, creo que es mejor pedir el de verduras (16) o el de cordero (23,50). También probamos el humus (9), muy sabroso y abundante, con su pan marroquí aparte.
Riquísima la pastella (16) que mezcla sabores salados y dulces, con aroma a canela.
Para terminar té a la menta (3,30) que te sirven en vasos, con pastel oriental (3,20). En el momento del postre, el camarero te trase una mesa con ruedas con todos los dulces que puedes escoger. Yo elegí éste en concreto porque llevaba coco que me gusta mucho. También puedes hacer una selección de variados.
Pedimos de beber agua (3,50) y cerveza Heineken (3,50).
Para comer en el Al-Mounia hay que ir con hambre y dejarse llevar, y probar todos sus sabores. Tal vez resulte incómodo, porque te sientas en sofás con mesas hechas con platos, pero es parte de su encanto. Nosotros presenciamos una bronca que le echó el jefe de camareros a uno de ellos por servirnos algún plato mal, pero no nos habíamos dado cuenta hasta que oímos el griterío, que no entendimos, claro.
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