1.12.13

Piloto The Millers, el divorcio es más divertido con Margo Martindale

Después de ver siete episodios de The Millers, al principio con reservas, puedo decir que Greg Garcia lo ha vuelto a hacer. Propone una sitcom familiar (como lo es Raising Hope) en la que la novedad es el divorcio de los padres que sí se quieren separar y que van descubriendo a sus hijos la enorme farsa que han vivido en los últimos años.


Esta pareja, formada por una estupendísima y omnipresente Margo Martindale y un exageradamente calzonazos Beau Bridges, se lleva a matar, aunque siempre acaben entre risas o ayudándose mutuamente. Sus hijos (Will Arnett en un personaje algo parecido al de Arrested Development y Jayma Mays, la profe maniática de Glee) no lo quieren aceptar no por la separación en sí, sino porque sus padres deciden irse a vivir con ellos (la madre con él; el padre con ella).

Arnett es reportero y su jefa, su ex mujer Eliza Coupe, Happy Endings.

El personaje de Arnett se acaba de divorciar (su ex es su jefa, la vemos en el episodio 2 y es Eliza Coupe, Happy Endings) y el de Mays está casada con una hija. Ninguno de los dos soporta la idea de tener que encargarse de sus progenitores. A diferencia de Dads, que plantea la misma temática pero con dos amigos y sus padres y no tiene gracia, The Millers no basa su humor en reírse de la nueva situación (que también).

Margo Martindale en una imagen de la intro que parece sacada de Masters of Sex.

Aprovecha el gag para intentar comprender cómo está hecha la sociedad en la que vivimos y cómo se podrían mejorar las relaciones familiares en situaciones límite. Greg Garcia siempre propone familias atípicas pero que existen. No son las familias unidas de Modern Family. Y a mí es lo que me interesa de The Millers.

Arnett de niño grababa a su familia al estilo The Goldbergs.

No tanto escuchar cómo se gritan (al estilo de The Goldbergs, que, ojo, me chifla) sino ver cómo el problema se va transformando en algo positivo, siempre, claro está, con un toque políticamente incorrecto. Lo mejor es Margo Martindale, como una señora que mangonea aunque no la dejen, pero en el fondo muy buena persona. Lo peor son algunos secundarios que no hacen gracia, como JB Smoove (aunque a mí no me la hacía ni con Larry David) o Nelson Franklin (el marido de la hija que tiene una cafetería con clases de yoga llamada Whispering Frog).

El chiste sobre España (que no entiendo): en el episodio 1x7, Will Arnett sale a ligar con JB Smoove, que le aconseja ponerse una pulsera porque se liga más con accesorios (pues vale). Margo Martindale le ve la pulsera y le dice con sorna: "¿A dónde váis, a España?". No sé si, como me decían por Twitter, lo dice porque somos muy folclóricos o por el día del orgullo gay. Sea como fuere no pillé la broma. Por cierto, siguiendo con cameos de gente de Happy Endings, en este episodio liga con Casey Wilson (Penny).

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