27.10.13

Piloto Dracula (NBC) la venganza de Jonathan Rhys Meyers me deja fría

(con spoilers) No sigo True Blood, ni Crónicas vampíricas ni me llama la atención su spin-off, The Originals. Cada vez que veo una película o serie relacionada con vampiros pienso inevitablemente en el Drácula de Coppola, y ya no hay nada que hacer. Jonathan Rhys-Meyers, el nuevo Drácula, tampoco es un actor que me haya resultado convincente nunca. Me parece soso, inexpresivo, muy guapo, pero robótico. Tras un sorprendente flashback, comienza este Drácula de los creadores de Downton Abbey como no podía ser menos con una fiesta de la alta sociedad. Los vestidos de ellas son espectaculares, pero el elenco de la serie (nos los presentan de esta manera) no puede ser menos carismático. Drácula vive en el Londres de finales del siglo XIX, aunque se hace pasar por americano (de ahí que beba whisky -wtf). Su excusa para codearse con los más poderosos y ricos es un poco surrealista: es un visionario, quiere cambiar la tecnología (hace un truco a lo El prestigio, con unas bombillas), siendo sus ideas tan avanzadas que van más allá de las de Tesla o Edison. Pero esto es una tapadera, ya que Drácula pretende vengarse de los que mataron a su mujer. Evidentemente, una de las protagonistas se parece a ella, es ella, y esto trastoca los planes del vampiro. La chica que es médico está emparejada con un periodista.


En el piloto te vas imaginando lo que puede ir pasando: el periodista irá descubriendo quién es, Drácula se sentirá atraido por ella, morderá cuellos de desconocidas, se enrollará con mujeres exuberantes (por ahí anda una enigmática rubia que sabe que es vampiro), irá matando a sus enemigos... pero lo sorprendente es que Van Helsing (interpretado por Thomas Kretschmann que fue Drácula en la película de Dario Argento), que es el profesor de la chica, fue el que le rescató de la tumba y le dio vida. Van Helsing, su archienemigo, es aquí su compañero (Drácula además cuenta con un criado negro). Juntos quieren acabar con la llamada Orden del Dragón. Lo que me aturde aún más en esta empanada de ideas y géneros (de pronto hay una escena de acción rodada en un tejado a cámara lenta, otras escenas me recuerdan a Grimm) es que al final del episodio vemos a la rubia exuberante entrenándose con sacos de arena. Para cuando sale una jaula gigante con una misteriosa mujer dentro yo ya he desconectado definitivamente. Tendrá su público, pero yo no la seguiré viendo, porque no logra reinventar el clásico de Bram Stoker (tendrá 10 episodios). 

1 comentario:

anto33 dijo...

Lo de Van Helsing como compañero de su archienemigo no hay por dónde cogerlo...Tampoco entiendo que Drácula pretenda ser un yanqui en Londres,¿no tendría más sentido que fuera al revés?A la chica la he visto mucho mejor que en Arrow,más natural.Los otros actores,aparte de Myers,no me han llamado la atención.A ver cómo desarrollan a los personajes.Por lo demás,la seguiré viendo,a ver qué tal.