Crítica 2 Guns, con Mark Wahlberg y Denzel Washington, más allá de Arma letal

Hace unos años nadie hubiera apostado un duro por un tipo macarrilla y de aspecto vulgar como Mark Wahlberg. No era Matt Damon y de cachas feos anda el cine USA sobrado. Pero produjo Boardwalk Empire y empezó, contra todo pronóstico, a despuntar como cómico (con la singular Dolor y dinero este año ha subido su propio listón). Si en 2 Guns el siempre riguroso y sobrio Denzel Washington se autoparodia y se ríe con esa dentadura perfecta y blanca de su impecable carrera como actor (este tío está bien SIEMPRE) es gracias a Wahlberg, que maneja con soltura el gag, que da la réplica perfecta, que abona el terreno donde Washington podría haber resbalado. Y creíamos haberlo visto todo después de enfrentarse a un oso animado. 2 Guns une a la atípica pareja (son policías pero de bandos diferentes y con métodos contrarios) en una comedia de acción divertidísima y llena de momentos palomiteros de gran voltaje. No es otra buddy movie interracial que homenajee a Arma letal. Va más allá. El personaje de Denzel no es Murtaugh, a pesar de aparentar la misma disciplina e inflexibilidad. Es más sugerente y atrevido pensar que papá es el que pierde los papeles y que es el salvaje el que se asusta de verdad. Y esto pasa en 2 Guns, un guión que hace malabares con ambos protas, en un competitivo pulso, otorgándoles una identidad tan sugerente que no sería difícil imaginarse una saga. [Crítica publicada en Cinemanía]