18.10.12

Free Spoilers La mujer independiente en las series necesita que su chico le sea infiel (The Good Wife, New Girl, The New Normal, Don't Trust the Bitch...)


"Las chicas buenas van al cielo y las chicas malas, a todas partes”. Ésta fue una de las consignas de Helen Gurley Brown, autora del bestseller El sexo y la mujer soltera (1962) en el que Candace Burshnell se inspiró para escribir Sexo en Nueva York y Matthew Weiner para perfilar a sus mujeres de Mad Men. La escritora falleció en agosto a los 90 años, y será recordada, además, por pertenecer a ese grupo de pioneras de la revolución sexual, no sólo con sus libros, también al frente, durante tres décadas, de Cosmopolitan, cuyo enfoque cambió radicalmente.

Pensaba yo en qué tenía de revolucionaria Carrie Bradshaw cuando cayó en mis manos el número de junio de esta revista (lo regalaban en su stand de la Mercedes Fashion Week). “Fisionomía del infiel”, comencé a leer. Cómo descubrir a los hombres que te ponen los cuernos. Ashton Kutcher “por el mentón pronunciado”, por ejemplo. Really? ¿No lo lucía también Mr. Big? Cierto. Ojalá estas particularidades faciales –la frente ancha, los labios finos, añadían– hubieran sido de obligado estudio para las protagonistas de estas (nuevas) series que arrancan con una infidelidad masculina.

Ryan Murphy, creador de Glee, presenta The New Normal en la que una pareja de gays adopta un bebé. ¿Por qué la madre de alquiler se ofrece a hacer realidad su sueño? Porque pilla a su chico con otra en la cama. Una premisa que ya usó Murphy en American Horror Story. ¿La motivación para rebelarse y ser una misma es sentirse ultrajada y sola? La ingenua June de Don’t Trust the Bitch… La abogada Alicia Florrick de The Good Wife.  Hasta la moderna Jess en New Girl. En fin. Helen Gurley Brown llevaba razón: nosotras deberíamos ser las malas, y no ellos.

[Columna publicada en Cinemanía de octubre]

1. Hablando del #birraSeries.

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