22.3.12

Crítica. Todos los días de mi vida (The Vow), dramón romántico con Rachel McAdams y Channing Tatum en bolas


El director Michael Sucsy se esforzó por recordar en Grey Gardens la estrambótica vida de una tía y una prima de Jackie Kennedy, interpretadas respectivamente por Jessica Lange y Drew Barrymore. Con esta miniserie obtuvo nada menos que dos Globos de Oro y seis Emmy. Por eso sorprende que su debut en el cine sea este dramón, que también escarba en la memoria, aunque de una forma un tanto melodramática y en ocasiones demasiado empalagosa.

Una pareja felizmente enamorada (ni Romeo y Julieta, tú) se separa cuando ella (Rachel McAdams) sufre un accidente en el que se queda amnésica. Por mucho que se esfuerce (poco o nada puede hacer) es incapaz de recordar que amaba a su marido (Channing Tatum). Donde antes resplandecía el amor, ahora no queda nada.

No recordarás Todos los días de mi vida por la interpretación de la pareja, en parte porque Rachel McAdams ya protagonizó la lacrimógena Diario de Noah, con Ryan Gosling, y Channing Tatum hizo lo propio con Amanda Seyfried en Querido John, basada también en una novela de Nicholas Sparks. Todos los días de mi vida no supera a aquéllas. Ni tan siquiera por el cuerpazo de Tatum (aquí se desnuda él), una exhibición constante, al igual que su condición de antisistema (la pandilla de amigos, eso sí, chirría por todas partes). Ni tan siquiera por ese formidable (por extraño) matrimonio formado por Sam Neill y –de nuevo– Jessica Lange... Si algo sorprende en la película es su premisa, basada en una historia real: ella olvidó pero de forma selectiva. Olvidó la vida con su marido, no la vivida anteriormente. Y ahí es donde uno puede maravillarse de la fragilidad de un sentimiento, de la fugacidad de un recuerdo.

[Critica publicada en Cinemanía]

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