En el tercer episodio de la octava temporada de
Mujeres desesperadas,
Lynette aprende a ser más tolerante gracias a su hermana hippie;
Susan le confiesa al fontanero el crimen y
Bree corta con el detective (ayudada por Gaby) y éste se altera que da miedo. Sin embargo, me quedo con esta secuencia.
Renee se da un masaje en casa. El
masajista, Friedrich, es un macizo rubio que quita el hipo. Entra en casa de sopetón
Lee, uno de los gays. La niña que ha adoptado necesita un sujetador y le pide ayuda a la fashionista Renee. Cuando ve al tío buenorro, se le olvida el motivo de su visita, le mira y dice: "Friedrich, ¿cómo
Sonrisas y lágrimas (
imdb)?". Como el otro no dice nada (no es gay) Lee le espeta: "¿Nada? Vale. Juega en tu equipo". Lee le explica su problema a Renee, y cuando creemos que se va a ir por donde ha venido, insiste y le grita. "
¡Mira! ¡Ricky Martin comiéndose un plátano!". Por cierto, Sonrisas y lágrimas debe de ser como lo más gay-guay entre los guionistas de TV: en
Glee, Chris Colfer se llama Kurt también por esta película.
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