26.11.08

Cómo ser una chica Bond y las orejonas de Gemma Arterton en el anuncio de Avon

Hace la torta de años (para ser más exactos tenía 16, osea un porrón de años, sí) Ana Obregón me cogió en autostop con unas amigas y me llevó hasta plaza Castilla, cuando era todavía una plaza (ahora van a montar en medio un pifostio que va a dar vueltas y todo). Que qué hacia yo haciendo dedo y por qué me llevó Anita es una larga historia. Resumiré diciendo que ya estaba hiperdelgada (las piernecicas eran dos alambres embutidas en un vaquero lleno de rotos) y que ya era una loca de la pradera (durante el trayecto no paró de preguntarnos cosas y de reir como si nos conociera de toda la vida). Este preámbulo nada tiene que ver con 007, pero tenía que contar en algún sitio que volví a ver a Anita el jueves pasado con nada menos que Daniel el Kum (el sin-gusto de Supermodelo) -aquí la foto que le hice con Jose en la presentación de programación de Cuatro el año pasado- en la puerta del Mercado de la Reina en Gran Vía. Paré en un taxi al lado de la acera donde estaban y tardaron como cinco minutos en despedirse dándose una y otra vez besitos (pus pus). Luego, subiendo por la calle Fuencarral ví a Octavi Pujades, el guaperas de LaLola (Antena 3) y me volví a poner de buen humor (ver a la Obregón como una quinceañera como que me revuelve por dentro, aunque en el fonde me dé igual).

Y ahora, 007. Como no había visto Quantum of Solace (cuando entrevisté a Daniel Craig en Londres y al resto del elenco aún era muy pronto para el visionado) y ya que los de Sony no me habían invitado a ningún pase (y menos a la premiere de Valencia) me colé en el pase exclusivo que hizo Avon, esa marca que llamaba a tu puerta y que parece salida de una leyenda urbana (pero, ¿todavía existe?, me preguntan). El visionado fue en las oficinas de Sony (están cerca del Café Shaigon), en una sala con unas butacas tapizadas en cuero, todo lujo, con maromos de chaqué cual James Bond que te acompañaban a tu asiento, y con periodistas de belleza viejunos que sólo hablaban de que se compraban la revista Pronto porque era auténtica. Tomageroma. De hecho, tras la presentación del nuevo perfume Avon, todos desaparecieron por la puerta sin ver la peli.

[Crítica Quantum of Solace: sólo decir que, tras ver la película y sin entrar en detalles, nada tiene que ver con Casino Royale. Es su secuela, pero Marc Forster ha abusado de la acción (que está muy bien) en detrimento del guión (no hay diálogos ingeniosos ni los personajes están del todo perfilados, aunque me gusta que Olga Kurylenko aparezca incluso con Daniel Craig en el cartel de la peli, en un mano a mano vengativo). Mathieu Amalric me gusta como malo encubierto, aunque uno de pierde en esa organización que se llama Quantum. Bond es aquí una especie de Correcaminos+ El fugitivo con una de Bourne. Pero como Daniel Caig me gusta, a pesar de ser taaaan sequito, pues como que sin entusiasmarme no me disgustó la peli].

Al final de la proyección, sirvieron unos cócteles (aunque en esta atípica Quantum of Solace no hay sexo ni desnudos ni martinis) y unos canapiés, además de regalarnos dentro de una caja negra, el pack completo para ser una auténtica chica Bond, con crema, gel de baño, un lipgloss, una camiseta y el perfume, con forma de mujer curvilínea y tapón estilo bomba) cuya imagen es Gemma Arterton.
Y, ahora, una maldad de la buena. Debajo podeis ver el anuncio de Gemma Arterton. Esa oreja tiene un photoshop de camello. En Quantum of Solace la actriz lleva melenita así que no te habrás fijado en sus orejas (cuando la entrevisté también las llevaba tapadas). No sé quién la engañó para que en el anuncio de TV de Avon saliese con el pelo recogido. Antes de la peli vimos un making of del anuncio y me quedé flipada. Tiene las orejas deformadas, tanto que no te fijas en el perfume sino en los primeros planos de las orejas. Una pena, la verdad, porque la tía es superguapa. A las pruebas me remito.

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